Saturday, July 21, 2018

El arsenal o de la viveza criolla

MAURIZIO BAGATIN

“Las leyendas son mentiras que el tiempo las vuelve historias” - Jean Cocteau -

1943: el 25 de julio el rey Vittorio Emanuele III anuncia el cambio de gobierno, con la consecuente caída del régimen fascista Mussolini viene sustituido por Badoglio, y también en lo de Cecchini empieza el miedo por una ocupación alemana, aunque a la radio los jerarcas habían tranquilizado a los italianos: “ La guerra continúa…”. El Comando central de los alemanes viene instalado en Visinale (pequeña fracción colindante con Cecchini, que toma el nombre de Vicinale, vicino al canale: cerca del canal…) en la Villa Gozzi, casa de una noble familia veneciana. A la época uno de los más ricos del pueblo de Cecchini es Giovanni Bagattin (sí con dos t, debido a que por sentirse y aparecer más que los siervos de la gleba, se hizo aumentar una t al apellido que compartía con los servidores…) llamado Nane, dueño y administrador de la famosa destilería de grappa (destilado de uvas, famosísimo en todo el norte de Italia) del pueblo: tacaño y vivísimo, su mayor preocupación era como lograr esconder las miles de botellas del destilado, la graspa Goccia d’oro.

En la destilería trabajaban los hermanos Muzzin, y tal vez fueron ellos en aconsejar al Nane en esconder la graspa en una casa del Cantón (calle mítica de Cecchini, adonde una leyenda cuenta que existía un castillo que fue arrasado por el paso de Atila…) adonde vivía Lillo Piccinin, un personaje insospechable del pueblo, llamado el góbo de Cecchini (el jorobado de Cecchini) por un evidente defecto físico, muy juguetón y siempre dispuesto al chiste inofensivo. En el transcurso de su vida se inventó varios oficios, fue el zapatero del pueblo y con el pasar de los años se hizo sepulturero, y le gustaba ir al cementerio y arreglar las tumbas, mantenerlas siempre en un estado impecable de conservación…                                                                                                

Confiando las botellas al Lillo, el vivo y tacaño Nane pensaba que nadie pudiera sospechar de donde estarían escondidas… 

“A veces se confunden verdad y realidad como dos caras de la misma moneda. Es comprensible: en abstracto, lo que es verdadero también debe ser real” - Tommaso Pincio -

Entre leyendas y cuentos, entre mentiras y exageraciones, o simplemente queriendo contar todas las verdades, o la sola verdad - cuento pícaro o vivir para contarla que queramos - el vivo del Nane había empezado a esconder la graspa desde mucho tiempo atrás, por miedo que también los partisanos pudieran sustraer el tan cotizado destilado. Noche tras noche en cómodas cajas de 6 botellas a la vez, el Nane había ya llenado el entretecho de la casa del Lillo…nadie sabía nada y el seguía tranquilo, tacaño y creyéndose el más vivo de todos.  

Bueno, casi nadie, porque una noche después de una borrachera el Lillo empieza hablar y así la noticia va difundiéndose por el pueblo (lugar común, tal vez, pero siempre es así: pueblo chico, infierno grande…) y así los vecinos, los ilustres paisanos - aun antes que llegaran los alemanes - asaltaron la bodega y se adueñaron de la famosa graspa Goccia d’oro.

Cuando llegan los alemanes (que para los de Cecchini eran, son y serán siempre i crucchi: el término “crucco” deriva del serbocroata kruh, que significa pan y se italianizó en “crucco”, se los llamaban así porque tenían siempre hambre y pedían siempre kruh…) encuentran el arsenal prácticamente vacío, las botellas de grappa restantes se las toman y algunas van regalándolas a los muchachos que andan por ahí…y que así se llevan a sus casas algo de valor.

La historia de la burla llega así a su epilogo, falta aún explicar por qué se la recuerda como la historia del arsenal: si algún loco hubiera, por un cualquier motivo, querido encender un fuego, lanzar un fosforo por equivocación o simplemente después de haber encendido su cigarrito, o un error de los soldados alemanes u italianos… el arsenal del Lillo hubiera sido una inmensa fogata… propio como lo que hubiera sucedido si fuera un arsenal.

Nota: este cuento ya se publicó en sei di Cecchini (Facebook) en dialecto Meneghél.
Julio 2018 

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