JORGE MUZAM
La luna se cuela
por la rendija de una nube. Los nogales desnudos reciben su escuálido baño de
luz. Llegan aromas de laureles quemados, de charqui chamuscado en rescoldos
proletarios. El invierno de nuestro descontento no ha sido pródigo con las
letras. Muchos ánimos se disuelven en cafés fríos, en neblinas tempranas. Los
libros se acumulan sobre el velador. Todos comenzados y ninguno avanzado. Los
archivos digitales corren la misma suerte. La locura por sobrevivir nos lleva a
desbarrancarnos curva por medio. Quejarte no está permitido en ningún contrato,
por eso metes cuñas de dolor en tus letras. Quizá allí seas absuelto. Jamás
comprendido. Y de paso darás unas patadas a la maleta. De madrugada avanzamos
en Perorata del insensato de Sánchez-Ostiz. La voz de un
pintor desquiciado, el escrutinio de una época de mil putas. El hielo de la
madrugada consume los leños como boletas de garantía. La guardia está baja y
hay tanto silencio que los fantasmas del pasado entran como Pedro por su
casa.
Imagen: Kees van Dongen
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De CUADERNOS DE LA IRA (blog del autor), 2016
Gracias, querido amigo.
ReplyDeleteTrabajo de orfebre.
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