“Entre dos sicilianos el único sentimiento que no
existe es la indiferencia” - Alfio Caruso -
Siempre alejado
del fatalismo, de Don Fabrizio, de La duchessa di Leyra, de Mastro Don Gesualdo… parecía pintando
carritos sicilianos, no el expresionismo de Guttuso y tampoco la Cavalleria rusticana sino el lugar de la belleza y la verdad, como Quasimodo… simplemente
su Sicilia, la sicilitudine* y la soledad. Misterio y luz pura de la Trinacria,
de aquel ángel sin custodia que es Sicilia… como todas las islas o producen un
sistema de dominio, o son víctimas constante en sus dominios…
Y él,
controvertido y herético, con su prosa penetró la búsqueda del ¿cómo se puede ser sicilianos?... desde
las minas de azufre hasta el mar color
del vino (un solo cuento: Il lungo
viaggio, parece escrito hoy que el éxodo es la vergüenza de toda Europa…)
introduciéndose en los palacios del poder, en las salas donde se decide… la unción hispano-curial de la burocracia,
el iluminismo heredado, sobre todo
Stendhal y Pirandello - pincel y cincel - la crueldad, la ferocidad de su
tierra, que no ahorra paz y no ofrece tregua a la interminable sed de su
gente…
(la muerte-así como las amapolas/encienden ahora
una florecida de sangre/… este valle/de azufre y de olivos,/a lo largo de
muertos rieles/cerca de aguas amarillas de limo/que los griegos dijeron de
oro.)
Siguió su
búsqueda, persiguiendo en fin la
mafia, como un Teseo que sigue el hilo que lleva a un pulpo que se hizo hidra,
cientos de tentáculos que atraen, miles de ojos que hipnotizan, millones de
ideas que contaminan hasta la esencia del vivir diario… el capitán Bellodi, el
inspector Rogas, el brigadero Antonio Lagandara… denuncias viriles, viriles
hasta en la soledad de la derrota y la enfermedad. Política bastarda, política
oportunista, política hipócrita…
En este laberinto de la soledad siciliano imaginó a un científico de su tierra, un
gran científico, no a uno cualquiera... ”i
nomi, non che un destino, sono le cose stesse” (del bellissimo capitulo XI
de La desaparición de Majorana, obra
maestra del maestro siciliano) uno que según el mismo Enrico Fermi, era
comparable a Newton y Galilei…
Hoy Leonardo
sigue pintando carritos sicilianos, como si fueran libros de cuentos
ambulantes, desde una imaginaria Racalmuto, que es su Yoknapatawpha aeternum…
*Sicilianidad
Junio 2018
No comments:
Post a Comment