RAMÓN ROCHA MONROY
No sé si a
raíz del golpe del 80, Víctor Hugo Vizcarra se mudó a Cochabamba, de modo que
el 82 me lo encontré viviendo en casa de Alfredo Medrano.
Está de
moda retratarlo como marginal y antropólogo (experto en antros), como en vida
de él le invitábamos téconté cuando aparecía, pero luego nadie se preocupaba de
cómo vivía o qué comía. Alfredo no, y debo decirlo, Sara María, su esposa,
porque ella recuerda los almuerzos consistentes que le dio y la disciplina que
lo mantuvo alejado del trago, para dedicarse a la educación del Vichito, David,
hijo de ambos. Por eso Sara María cuenta que recuerda con cariño el tiempo en
que Víctor Hugo vivió en su casa, porque lo llevaba al Vichito a la escuela y
lo ayudaba a hacer sus tareas. En esa época escribió su primer libro, COBA, con
prólogo de Waldo Peña Cazas, gran amigo de Alfredo.
No sé si
quiso volver a las andadas, porque se fue a La Paz y otra vez se lo vio
pasadito en tragos. De su paso por Cocha databa mi amistad con él, pero un día
me dijo en La Paz que yo era su ex amigo. Me ofrecía sus libros o pedía
prestados 20 pesitos. Le decía que sólo tenía 10 y los aceptaba con una
advertencia: Pero conste que me debes 10.
Un día me
anunció que había hecho su testamento, que se reprodujo en Los Tiempos. En él
desahuciaba a sus acreedores, "pues, como dice mi ex amigo Ojo de Vidrio,
deber es de caballeros, cobrar es de cholos". Así se reprodujo en este
diario, pero en su obra completa figura el Testamento sin ese pasaje. ¿Lo
habría quitado él? Quiero creer que sí, pero se puede leer Los Tiempos de la
época para rescatar el párrafo.
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Imagen:
Dibujo de Lander Zurutuza (Lezo, España), para Borracho estaba pero me acuerdo
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