PABLO CINGOLANI
Dentro
de diez mil años
¿quién
pensará en mi vergüenza o en mi gloria?
El único
pesar que traigo de la vida
es no
haber bebido suficiente vino.
陶淵明 Tao
Yuanming:(365 – 427
dC): Epitafio
Me arrasó
la noticia del fallecimiento de Charlie Watts. Me sigue invadiendo la tristeza,
una tristeza especial, que no se bien cómo definir ni procesar.
Momentos
antes de que me enterase de la muerte de Charlie, sonaba en mi cabeza -no sé
por qué o lo sé, pero me lo guardo para mí- Times waits for no one, El
tiempo no espera a nadie, esa balada bluseada de los Stones que fue siempre
un himno para nosotros. Y con ese tema rebotando en mi cabeza, certero ataque
al corazón: Charlie Watts ha muerto, ¡Charlie Watts se murió, loco!
No sé por qué,
me insisto, pero no puedo evitarme la tristeza, pero no cualquier tristeza, una
tristeza desoladora, una tristeza infinita, algo muy querido, algo muy sentido,
seguramente, también se está muriendo dentro nuestro, dentro de nosotros, y por
eso duele.
¿Nosotros?
Ya sabemos quiénes somos nosotros. Y sí sé porque andaba tarareando en mi
cerebro Times waits for no one y lo diré -en homenaje a
Charlie- y es porque a nosotros que la volvimos un himno, el desenlace del
destino, así lo quisimos, siempre nos está acechando, siempre seductor, siempre
mirándolo de frente, porque, como dice el estribillo de ese temazo: “El tiempo
no espera a nadie/ y tampoco va a esperar por mí”. Así que ya saben.
Times
waits for no one está
incluida en ese LP que gastamos que es Its only rock and roll y
carga un solo de guitarra de Mick Taylor, bien latino, con ecos de la viola de
Santana, que te limpia el alma. La grabaron diez años después de hacer lo mismo
con un clásico del R&B, Time is on my side -El tiempo
está de mi lado-, la complementariedad stone-sonora-sensible inevitable. La
letra de Times waits… va al grano –“Las horas son como diamantes,
no dejes que se desperdicien”, “Bebe en tu verano (…) Los sueños de la noche se
desvanecerán al amanecer”- y termina con un desgarrado Jagger negando todo el
sentido de la lírica, clamando por vivir. Tomen nota, ¿eh?
Buscando
sosiego, vinieron a mi memoria “Bonzo” Bonham y Keith Moon y quiero tratar de
entender los designios divinos y suponer que como ellos son los que llevan el
ritmo de la banda, tienen que partir primero y allí estarán, todos juntos,
tocando sus blues y el bendito rock and roll que nos nutrió y que nos legaron.
Paz en tu tumba, querido Charlie. Saludos al 68. ¡Tristeza baila conmigo: tristeza
tem fim!
Laderas del
Aruntaya, 24 de agosto de 2021
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Fotografía: Ian Stewart, 1969
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