JORGE MUZAM
El veranito de
San Juan se disuelve, la antesala del solsticio de invierno, del we tripantu,
de la noche donde las higueras florecen iluminadas por la leyenda.
Abro el Libro
de la Misericordia. Leonard Cohen le escribe a esa ráfaga de arenilla que
contradice la desertitud de la historia: Bendito seas tú que has dado a
cada hombre un escudo de soledad para que no pueda olvidarte. Luego el
silencio, el sueño de los perros, la luna trepando hasta la copa desnuda del
ciruelo.
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De CUADERNOS DE
LA IRA (blog del autor), 07/2018
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