EMILIO LOSADA
Porque “Hay
un hambre de intemperie en las rodillas del tiempo, y marca el compás de tus
labios un reloj que huele a macho incapaz de conservar su especie”. Porque “…
contigo siempre pierdo. Desde que te conocí me supe perdido por siempre”.
Porque “Huele a saliva tu vientre, me sabe a polifonía tu madrugada y entre los
lirios en que bordan acequias tus labios me derramo sin pretender ningún
mañana”. Porque “Le separo las nalgas a Corea para mejor explicarme la
perfección imperfecta de la vida que me resta”. Por las maravillosas páginas 38
y 39 (¡qué hijo de puta!). Porque “Sabe tu savia a sabiduría breve y entre tus
labios se vocaliza el fin de la especie”. Por la página 72. Brutal. Porque
“Eres el incendio de todos los hogares, y en tu vientre aúllan niños calcinados
con nombres que yo aprendo a bautizar despacio”. Porque “Y es que podría
escribirte durante lo que me resta de vida. Porque escribirte es, aún,
habitarte, y sé que pronto me cerrarás la puerta de todas tus habitaciones”.
Porque “Caminamos hacia su buhardilla despacio, como calibrando cada paso, como
esparciendo migas de pan sobre el asfalto, sabedores de que uno de los dos
deberá tomar el camino de vuelta”. Porque “Corea solo desea abandonar la fiesta
y yo ya solo puedo ejercer de excusa perfecta”. Porque uno podría transcribir
aquí Corea de cabo a rabo y sería el más poéticamente justo de los piratas. Por
la incorrección con clase, entreverada y sumaria a la vez; por la desaforada
histeria y la maldad bien entendida. Porque follar bien y sucio es el más
satisfactorio de los actos terrenales posibles, qué coño. Por el final… Qué
pasada de final, leñe. Porque no es necesario encabalgar para hacer poesía (que
hay que decirlo todo). Y porque, hablando de poesía e histeria, la guinda a
esta grandiosa tropelía la coloca, como la que no quiere la cosa, la número uno
en la encomienda: la divina Julia Roig. En fin, ahí es nada.
https://versatileseditorial.es/.../diario-de-corea-pablo...
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