JORGE ISURY CRUZ (Madrid)
De aquí
en adelante, todo lo que me ocurrirá será una tibia imitación de todas las
primeras veces que hice algo
Gregorio
Reynolds (1882-1948), ante todo poeta, escribía de forma meditativa y hasta
pesimista:
La vida,
el infinito aburrimiento,
la vida,
tan nada y tan cruel,
es copa
de amargura en cuyo borde
hay un
poco de miel.1
Es a esa
poca miel al borde de la copa de la amargura a la que se aferran los
protagonistas de Seúl, São Paulo (Editorial 3600, 2019), esa
miel lampiña, mezclada con la fiesta, la comida, la música, las mujeres, las
primeras veces, con las calles oscuras de El Alto, los libros que quedan por
leer, con esa juventud que sueña con ver el mar, sea boliviano o no, y dejar
atrás el pasado convulso que se heredan de los padres, como el de los
protagonistas, en una continua disputa con su propia historia y la de su país,
añorando un sueño irresoluble. El Alto, una ciudad a más de 4000 m.s.n.m. que,
en las páginas de Gabriel, hace de las suyas y deja de verse con los ojos de la
élite paceña para bajar a nuestra vista. En las 150 páginas, no solo se
muestran los casi «cholets», el frío, la oscuridad, también la música K-pop,
música chicha, la industria textil, el facebook, whatsapp, warcraft, el futbol,
los trabajos precarios y los deseos experimentales de ser adolescentes.
Leyendo
novelas de jóvenes como Gabriel, me doy cuenta que Bolivia es un mito, llena de
simbología, quizá esotérica y oculta para los que la vemos desde lejos e
intentamos conocerla más, con un bagaje que resulta casi imposible concebir del
todo. El libro lo abre un verso de Blanca Wiethüchter (1947-2004): «ese
cuerpo desde El Alto o Llojeta / ese cuerpo definitivamente en tu deseo«,
porque Seúl, São Paulo es una transformación del cuerpo, un
cambio de colores, olores, sabores, fronteras y deseos, la búsqueda de una
identidad que por más que queremos no llega. Ese cuerpo que se esculpe de una
bolivianidad que hasta los bolivianos desconocemos cuál es. «¿Sería que
Bolivia empezaba a florecer en su cuerpo, junto con el acné y esos pelos
finitos que crecían en su barbilla?«
Seúl, São Paulo es una novela breve y divertida en donde el humor hace su aparición, a veces como un hierro ardiente en su desdicha boliviana. Notable es la manera de contar lo clásico pero con vistas a la novedad: la inmigración que va y viene, la otredad, el cambio y transformación corporal, la cultura pop globalizada. La adolescencia como fuente de deseo y como búsqueda de uno mismo, huérfanos que se aferran a drogas blandas y música K-Pop. Alejada de argumentos complejos, que se deja leer fácilmente, pero con un trasfondo complicado de donde surgen preguntas y respuestas más complejas todavía.
Dos primos
adolescentes, cuya familia está desperdigada por la geografía: Brasil, Chile,
Argentina, que llegan a su destino como tantos bolivianos a trabajar en
un taller de costuras a cambio de migajas, cumplen el servicio premilitar
en la ciudad de El Alto, en su particular «Leoncio Prado», con una variedad
cultural, racial y social. La experiencia en el colegio no siempre son
positivas, también algunas profundamente negativas, pero que hacen entender
mucho mejor lo que es la vida, siendo para nadie un camino de rosas, pues estas
llevan espinas y obstáculos, conflictos e injusticias, convirtiéndose en el
ámbito del ser humano. Un colegio con sus oficiales, suboficiales, compañías, y
primeros amores, un lugar a donde uno entra siendo humano y sale
convertido en animal de carga, dice el narrador. Dos jóvenes, uno nacido en
Bolivia, y otro en Brasil, criado allí hasta que empezó a parecerse a
un boliviano, una dualidad que se va distanciando poco a poco, a pesar de
tener cosas en común. Alejados al nacer, se convierten en el reflejo del otro,
comparten el apellido Pacsi, el barrio, la cama, la edad, pero a medida que
leemos, los caminos de bifurcan para que cada uno busque su fortuna.
La
escritura de Gabriel parece fácil, no da rodeos en ser contemporánea, pero
reflexiona cada una de sus frases. Tayson tan perdido en el camino, a quien «querían
meterle la patria a palazos», «que era un paria, ni boliviano ni
brasuco: que se había bajado del bus del patriotismo a mitad del camino y que
jamás odiaría a los chilenos ni se sentiría con la autoridad de decir sou
brasileiro, porra, a gente tem cinco copas», acepta su realidad con mas
incertidumbres que certezas, como un joven más de este mundo. Silvia Rivera
Cusicanqui (1949) dice que Bolivia está llena de complejos2, como
Tayson, que nace con la piel más clara que los demás de la familia, cuya
infancia fue una batalla constante entre la lengua de sus padres y la lengua de
su pasaporte.
Hay
consecuencias al ser boliviano y está implícito en la escritura, entender
Bolivia desde lo intercultural, habitarla al mismo tiempo que se intenta interpretarla.
Bolivia vive en el espejismo del mestizaje, que se construyó a partir de
categorizaciones. Los personajes son sacados de la realidad, y los sentimos de
aquí. Literatura de sentidos que dejan poso, como cuando leemos un buen poema.
Sin caer en la simplicidad, Gabriel intenta construir la identidad tanto
nacional como masculina, ahí donde las hormonas salen a relucir y donde lo
nacional está diluido. La migración con una familia que se fue, se quedan y los
que se irán. Los bolivianos migrantes dentro de su propio país, una Bolivia no
se conoce a sí misma.
Mucho ha
cambiado el país que peleó, pelea y peleará consigo misma. También ha cambiado
su literatura que, ni a mejor ni a peor, se hace más dilatada y prolongada.
Libros como el de Gabriel demuestran que la literatura boliviana tuvo y tiene
gran potencial, aunque algunos se empeñan en solapar. Bolivia, cuya «historia,
incluso la historia reciente, nos llega como un soplido» narra el
libro. Bolivia, la hija predilecta del Libertador; Bolivia, el intento fallido
de no ser Bolivia.
Una vez
Miguel Sánchez-Óstiz, escritor, me dijo, «Vienes de un país fantástico,
hay que volver. ¡Jallalla Bolivia!»
Gabriel
Mamani Magne, la solapa del libro dice: escritor, editor y traductor, nació en
La Paz en 1987. Publicó la novela para niños Tan cerca de la luna,
además de numerosos textos breves, entre los que destaca «Por ahora soy el
invierno». Estudió derecho en la UMSA, aunque nunca ejerció -ni ejercerá- la
abogacía. Hizo una maestría en Literatura Comparada en la Universidad Federal
de Río de Janeiro. Ganador, de numerosos premios nacionales, aseguro que es una
de las plumas con más proyección dentro de las fronteras de Bolivia y espero
que muy pronto fuera. Cuando apareció la lista GRANTA con los 25 escritores y
escritoras menores de 35 años más prometedores en lengua española, no me vi
sorprendido al no encontrar a nadie de nacionalidad boliviana, y lo que más me
indignó fue el no sorprenderme. Le pregunté a la escritora Giovanna Rivero por
los escritores o escritoras jóvenes que debería leer, el primero que me
mencionó fue a Gabriel, y la segunda Natalia Chávez, y fue así que llegué a
este libro. Merecedora del XX Premio Nacional de Novela 2019 en Bolivia, imprime
su nombre junto a otros laureados como Guillermo Ruíz Plaza, Camila Urioste,
Magela Baudoin, Edmundo Paz-Soldán o Claudio Ferrufino-Coqueugniot, quien dijo
de esta novela: «Hay excelente producción tristemente todavía anónima
hasta en el contexto latinoamericano, pero Seúl, São Paulo ha despertado
cálidas sensaciones de que se viene algo nuevo, de que el país despierta para
aceptarse como lo que siempre ha negado ser»3. Ahora le toca
volar y abrirse paso. Celebro, al igual que muchos, la aparición de Seúl,
São Paulo, al igual que su última novela, El rehén (Dum
Dum editora, 2021), que espera impaciente en la estantería.
To be or not to be bolivian, that is the question.
- Francovich, Guillermo. «El
pensamiento boliviano en el Siglo XX«. Ciudad de México. Fondo
de Cultura económica, 1956.
- Rivera Cusicanqui, Silvia. «Un
mundo ch’ixi es posible. Ensayos desde un presente en crisis«. Buenos
Aires. Tinta Limón, 2018
- Ferrufino Coqueugniot,
Claudio. Hilos de vida. Lectura de Seúl, São Paulo en
Palabra Abierta. Revista y casa de editora de cultura universal.
Disponible en: https://palabrabierta.com/hilos-de-vida-lectura-de-seul-sao-paulo-de-gabriel-mamani-magne/
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De NAVAJA
DE PAPEL, 22/01/2022
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