FERNANDO ITURRALDE
La editorial 3600 ha emprendido un proyecto fundamental: se trata de
una edición de las obras “completas” de algunos autores bolivianos
contemporáneos. El proyecto es sin duda encomiable desde varios puntos de
vista, pero nos conformaremos con alabar la decisión de publicar de forma
ordenada y catalogada la obra del ganador del premio Casa de las Américas en
novela, don Claudio Ferrufino-Coqueugniot (de aquí en adelante Ferrufino). Con
esos antecedentes, podemos comenzar nuestra lectura del libro. El que nos
convoca en esta reseña es el volumen 14 de la obra del escritor cochabambino
nacido en 1960 y radicado en Colorado, Estados Unidos. El resto de la colección
ya incluye Muerta ciudad viva y El exilio voluntario, dos novelas fundamentales para la literatura
boliviana y que merecían una reedición que las hiciera más accesibles, la
colección también incluye una serie de escritos tempranos, sobre todo cuentos,
en Virginianos, además del volumen
del que nos ocupamos aquí, titulado Fever.
Los editores y el autor, junto a un prologuista (Jorge Muzam) y una
contratapa de Maurizio Bagatin, nos invitan a disfrutar de esta colección de
“(notas, artículos, borradores, cuentos) 2001-2019”. Lo años igual son una
invitación importante: Ferrufino destila una de las mejores prosas
latinoamericanas en todos y cada uno de ellos. Su premio Casa de las Américas
es sin duda una indicación de ello, recibido el año 2009. A dos años de esta
condecoración, los textos que leemos en Fever son una
continuación de ese mundo cronístico al que el estilo del autor nos tiene
habituados a sus lectores asiduos. El libro que tenemos en manos está dividido
en tres secciones: la primera contiene aproximadamente 61 textos cortos,
mientras que la segunda está compuesta de tan solo cinco cuentos y la última de
cuatro notas.
El premio nacional de novela, habrá que recordarlo, le es entregado a
nuestro autor en 2011 por Diario secreto
(Alfaguara, 2012). Por lo tanto, tenemos aquí una colección de escritos que
fueron surgiendo en la etapa posterior a estos momentos de reconocimiento y
premiación. Para esta época, el autor había experimentado mucho con la
narrativa y la consagración regional significa un momento importante de
reflexión para adquirir una nueva perspectiva. Esto es algo de lo que somos testigos
en este volumen. Además, esta firma le permite apadrinar a otros escritores a
los que reseña y comenta con rigor, amabilidad y admiración. En ese sentido,
Ferrufino también forja una línea de lecturas o un canon de la literatura
boliviana que él lee y aprecia. Aunque la primera sección no lleva un título,
podemos asumir que se trata de artículos (muchos de ellos publicados en el blog
“Le coq en fer”), que se distinguen de los textos que están al
final del libro y a los que designa como “Notas”: mientras que en la primera
sección hay textos de ocasión (en una suerte de diario o de columna
periodística que se publica de manera iterativa), en la última hay notas
pedidas por medios o por algún evento (la cronología de estas resulta algo
curiosa: se va de dos notas publicadas en 2012 y 2013 a otras dos publicadas en
2018 y 2019).
El libro ofrece un material valiosísimo para quienes deseamos
investigar más sobre el proceso de la obra de Ferrufino. El estilo es siempre
el mismo: fuerte, marcado, con todos esos rasgos de una masculinidad que se
quiere poner en evidencia. Pero también podemos notar las vetas de
investigación por las que transita Ferrufino: desde la cuestión de la migración
que es un tema privilegiado en la época posterior a El exilio, a una recuperación
de una raigambre eslava, de Europa del este, tanto en la “ancestralidad”
cultural, como en el gusto estético y en cierto llamado espiritual. A pesar de
que estos dos parecen los rasgos más sobresalientes cuando leemos la primera
parte del libro de corrido, lo que más satisfacción genera del volumen es la
inclusión de unos cuentos cortos (cinco en total) en medio de las dos otras
secciones.
La sección de cuentos es corta, pero su lectura no tiene mayor
desperdicio: el mejor Ferrufino es el que no teme usar su tono cronístico y
periodístico para confabular unas ficciones que nos dejan siempre al vilo de la
incógnita, ¿se tratan o no de ficciones? ¿Se tratan o no de escritos
autobiográficos? Quizás con Ferrufino no sea necesario delimitar tan rigurosamente
esas dos funciones de la escritura pues, si ese fuera el caso, estaríamos
cuestionando la misma división del libro. No queremos llegar a ese nivel de relativismo, solo digamos que la riqueza de la escritura
del autor no da tregua ni en la parte de las notas, ni en la de los cuentos, ni
en toda la primera parte, que es sumamente grata de leer. La escritura de
Ferrufino tiene rasgos de la literatura contemporánea norteamericana en prosa y
uno desearía calificarla con una palabra de la jerga popular norteamericana,
sobre todo afroamericana (población que el autor admira, sin duda): es una
escritura “real”, en ese particular sentido que los norteamericanos le dan a
los que perciben como auténtico, sin gestos vacíos, ni de presunción, ni de
manierismo excesivo.
El principal aspecto negativo del libro sea quizás su fragilidad. Estos
textos deberían ser pensados para un uso académico, es decir, para un tipo de
manipulación bastante torpe que requiere mantener el libro abierto para copiar
citas o doblarlo para leerlo para poder escanear un texto suelto que se usará
en clases. Lamentablemente esto no es posible de hacer con mucha facilidad,
pues el libro tiende a “derrumbarse”.
A modo de conclusión, no nos queda sino que resaltar la relevancia e
importancia de este tipo de emprendimientos para el desarrollo de los estudios
de la literatura boliviana. Ferrufino tiene una de las obras de ficción más
interesante y mejor lograda de nuestra literatura contemporánea y merece ser
estudiada con cuidado y en detalle. Recomendamos la lectura de este volumen a
los interesados en la obra de Ferrufino, en su trayectoria, en el proceso de
creación de su ficción y en la combinación creativa que realiza de aquella con
elementos autobiográficos. El libro es también recomendable a los lectores que
quieren comenzar a conocer a este autor sin pasar primero por sus novelas.
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De EL ZORRO ANTONIO, Revista de la Carrera de Literatura UMSA, Número 15, septiembre 2021
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