Sunday, January 9, 2022

¿El cholo evacuado de la ficción nacional?


FÉLIX TERRONES

 

Conversando con una amiga peruana, también exiliada en Europa, acerca de la última publicación de Gabriela Wiener, caemos en lo poco que la ficción peruana de los últimos años aborda ser cholo, ser indio o marrón; en suma, el racismo de nuestra sociedad. Quizá me equivoque, pero hasta parece que nuestros narradores actuales le dan la espalda al racismo. No es una cuestión de falta de precedentes, al menos no en nuestra literatura. Tenemos ficciones como “La ciudad y los perros” o “El zorro de arriba y el zorro de abajo” en las que se desnuda a nuestra sociedad en toda su violencia racial, que no es más que una tara colonial. Sin necesidad de acudir a novelas, pienso en José María Arguedas y en un cuento tan breve como “El sueño del pongo” donde ficcionaliza, con maestría y humor, el racismo secular sobre el que se sostienen todas nuestras injusticias. La literatura abre zanjas, cava túneles para alcanzar los nudos de nuestra sociedad, sin buscar desatarlos, sino que elabora metáforas, alegorías de lo que somos, una sociedad fracturada que no se anima a mirarse al espejo y vive del espejismo.

Y eso que “El sueño del pongo” es un cuento breve y no una engorrosa novela como “Contarlo todo” en la que el narrador se niega a utilizar la palabra “cholo” como si tuviera miedo a llevar a la literatura, como si ya el autor se censurara a sí mismo, aseptizando de esa manera un relato que, sin embargo, juega mucho con el ascenso social que no racial. Estamos frente al espejismo de la sociedad; precisamente, el espejismo que proyecta la posibilidad de integrarse, borrando el pecado original de ser “cholo”.

¿Por qué esa autocensura, esas omisiones, tantos rodeos? Hay muchas explicaciones, pero son más bien autores como Wiener y antes Marco Avilés quienes se animan a abordar nuestro racismo. La verdad los libros de ambos, Avilés y Wiener, me dejaron más bien escéptico, pero por lo menos dejan pensando si es que la crónica no es el nuevo espacio para llevar a la literatura lo racial, aún más actual desde las últimas elecciones presidenciales. De ser el caso, ¿cómo entender la eventual falta de interés de la ficción? Ojo, no se trata de imponer temáticas pues la literatura es libre, claro está, sino simplemente de entender que lo racial sea más explorado en términos cuantitativos por la crónica (y otros géneros como el ensayo) que por la novela y el cuento.

Fotografía: autorretrato de Martín Chambi.

 

No comments:

Post a Comment