Sunday, September 23, 2018

Patria


MAURICIO RODRÍGUEZ MEDRANO

Definición: 1. País o lugar en el que se ha nacido o al que se pertenece por vínculos históricos o jurídicos, o 2. Lugar o comunidad con la que una persona se siente vinculada o identificada por razones afectivas, o suena a alguna canción de Serrat. O tal vez es el recuerdo de una tierra que jamás fue de alguien.
 
Fernando Aramburu también se pregunta, en clave de novela, sobre lo que es la patria (un sustantivo lejano para quien no pertenece a ningún lado). Y lo hace demasiado bien. Y crea personajes inolvidables. 

Patria es una historia (o varias historias) sobre lo que causó ETA (Euskadi Ta Askatasuna), esa organización terrorista que dejó 829 muertos y más de 3.000 heridos.

1. “Fundada en 1958, durante la dictadura franquista, tras la expulsión de miembros de las juventudes del Partido Nacionalista Vasco, cometió su primera acción violenta en julio de 1961”.

2. “Tuvo como objetivos prioritarios la independencia de Euskal Herria de España y Francia, y la construcción de un Estado socialista; y para alcanzarlos utilizó el asesinato, el secuestro, el terrorismo y la extorsión económica tanto en España como, ocasionalmente, en Francia, en lo que denominaron ‘la lucha armada”.

Patria es la historia de dos familias amigas que se enemistaron en el surgimiento del ETA: la de Bittori (y el asesinato de su marido, Txato, y la cicatriz que jamás cerró después de su muerte); la de Miren (y la de sus hijos, en especial de su hijo Joxe Mari, que se convirtió en terrorista y fue quien disparo a quemarropa a Txato).

Aramburu no toma partido por ninguno de los bandos, como un buen novelista, y la historia no se queda en mero panfleto en contra de la organización terrorista. No le interesa hacer eso. Más bien, habla sobre las heridas que dejó el ETA en España y en cada uno de los involucrados, directos e indirectos. 

Patria también es la historia de la inutilidad humana, es la historia de lo vano de nuestras acciones frente el tiempo. 

Los hijos de Txato sufren su muerte como pueden. Nerea no asiste al funeral de su padre, en vez de ello, prefiere vivir amores pasajeros para sentirse viva. Su hijo mayor decide que el mayor castigo por la muerte de su padre es abandonar el amor. 

Los hijos de Miren se desbocan y caen en picada, cada año que pasa. Arantxa sufre un ictus y todo su cuerpo se queda como una maniquí descompuesto. Ella, que era muy hermosa, decide no mirarse durante mucho tiempo al espejo. 

Quien tal vez se salva, y es por amor, es su hijo Gorka, que se enamora de un radialista y cuando pueden casarse, lo hacen. A pesar de todo. A pesar de las muertes. A pesar de la patria.

Periodista – zion186@hotmail.com

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De OPINIÓN (Cochabamba), 23/09/2018

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