ANDREA MÉNDEZ
BALCELLS
“Si tú me
hubieras conocido con mis calcetas y mis vestidos cortitos, hubieras
visto debajo y mamá me habría enviado a buscar unos gruesos pantalones que me
lastiman allá abajo”.
Nahui Olin
Nahui Olin
Hace 20 años,
Tomás Zurián, Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska y Adriana Malvido
rescataron el legado de Carmen Mondragón, conocida como Nahui Olin, conformado
por prosa, poemas, dibujos, cartas a sus amantes y testimonios, a través de los
que se conoció su alma erótica y rebelde.
La mujer que
dicen fue la más bella y adelantada de su época, la poeta y pintora pero sobre
todo musa, nació en la Ciudad de México en 1893. Hija del general Manuel
Mondragón, sobre quien recae la ejecución de la decena trágica, creció en el
seno de una familia adinerada, en pleno Porfiriato. Aún siendo niña, su padre
la envió a estudiar a París, a un internado en el que tuvo la oportunidad
de descubrir sus dos grandes pasiones: la pintura y la poesía. Con tan sólo 10
años, ya se vislumbraba su innata sensibilidad para escribir:
“Soy un ser
incomprendido que se ahoga por el volcán de pasiones, de ideas, de sensaciones,
de pensamientos, de creaciones que no pueden contenerse en mi seno y por eso
estoy destinada a morir de amor”.
Al término de su
adolescencia, Carmen regresó a México y no temió afrontar los patrones
que marcaba la sociedad post-porfirista; se le atribuye ser la primer mexicana
en usar minifalda y pertenecer al controvertido grupo de las “Flappers” o
“Pelonas”, mujeres conocidas por cortar su cabello y usar minifaldas, vistas
como “mujeres modernas”.
Su primer amor
fue el joven cadete Manuel Rodríguez Lozano, con quien decidió
establecerse en pareja y contraer nupcias a los 20 años de edad; esta unión la
harían en la Ciudad de México, pero debido a la irrupción de La Revolución
Mexicana, partieron a Europa y juntos regresaron a París. Allí se codeó con
algunos de los artistas más importantes en la escena de ese entonces: Pablo
Piccaso y Diego Rivera.
Su matrimonio se
deterioró rápidamente y ocho años después, Carmen regresó sola a su país natal,
donde se sumergió completamente en la vida artística y compartía largas veladas
bohemias junto a Dolores del Río, Antonieta Rivas Mercado, Frida Kahlo,
Tina Modotti, María Izquierdo, José Vasconcelos, David Alfaro Siqueiros, entre
otros.
Su hipnótica
belleza conquistó al artista plástico Gerardo Murillo, mejor conocido como
Doctor Atl, con quien sostuvo una relación amorosa, intensa y enfermiza que
duró casi cinco años y de la que sobrevienen más de 200 cartas escritas por
ella, en las que se hace evidente su ninfomanía. Él la bautizó como Nahui Olin,
que significa “renovación continua del Universo”.
Mondragón formó
parte de un grupo de talentosas mujeres que durante las décadas de 1920 y 1930
produjeron uno de los períodos más activos y entrañables del arte en México.
Sin embargo, más allá de su trabajo, el legado de Nahui Olin yace en su
singular biografía. Fue una mujer que siempre gozó y exaltó su
sexualidad, plasmándola en sus poemas y pinturas. Fue musa de Diego
Rivera, del fotógrafo Edward Weston, para quien posó desnuda, y para Antonio
Garduño.
Luego de tener y
abandonar a varios amantes, a los 40 años conoció al capitán Eugenio Agacino,
de quien se enamoró perdidamente. El buen amor la llevó a crear una prolífica
colección de poemas que aludían al cosmos y pinturas de estilo naïf.
La muerte
de Agacino a manos del mar fue un golpe del que Carmen jamás se
recuperó. Se retiró de la vida pública en 1934, luego de la muerte de su último
amor. Nahui optó por la soledad que acarreó una devastadora locura; vivía con
decenas de gatos y se le podía encontrar deambulando por la
alameda. Nahui: deshecha, demente, sucia, obesa, sin un centavo, cayó para
no levantarse jamás.
Enferma, pidió a sus sobrinas que la trasladasen a la recámara donde nació, y el 23 de enero de 1978, a los 85 años, Nahui Olin cerró para siempre sus bellos y enormes ojos verdes. Sus restos descansan en el Panteón Español de la Ciudad de México.
Enferma, pidió a sus sobrinas que la trasladasen a la recámara donde nació, y el 23 de enero de 1978, a los 85 años, Nahui Olin cerró para siempre sus bellos y enormes ojos verdes. Sus restos descansan en el Panteón Español de la Ciudad de México.
No existen
fotografías de los años en decadencia de Carmen, por lo que siempre será
recordada como una belleza inmortalizada que murió de amor.
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De CULTURA
COLECTIVA, 05/07/2015
Imagen 1: Nahui
Olin por el Dr. Atl
Imagen 2: Fotografía
de Edward Weston
Imagen 3:
Fotografía de Antonio Garduño
Imagen 4: Cuadro
de Nahui Olin
Me da un poco de vergüenza lo que escribiré, pero yo no conocía a esta mujer; recién me pidieron que investigáramos en la escuela de ella, y en lo personal me encanto su vida, pese a que su época fue dura, ella siguió adelante con sus sueños sin importarle lo demás.
ReplyDeleteQué genial mujer y qué hermosa esencia /u\ <3