Intentar
explicarse las causas cercanas y remotas de la matanza de Niza no tranquiliza
nada, al revés, y hasta no sé si está prohibido. ¿Se trata de un atentado
yihadista? Ayer no se sabía con certeza, pero el sombrío Valls aprovechó para
sostener que «Nos han declarado la guerra». Eso sucedió hace ya mucho y no solo
está Francia implicada en ese estado de guerra cuyo escenario más convencional
tenemos por el momento alejado. El presidente francés por su parte reaccionó y
afirmó que, como en el atentado de Bataclan, iba a ordenar bombardeos en Irak y
Siria.
En mayo pasado
sucedió algo parecido con el avión de Egyptair. Nunca más se supo del motivo
por el cayó el avión al mar, después de que se declarara yihadista el atentado
(hemeroteca) pero sirvió para tomar medidas político-policiales excepcionales
que se ven inútiles. Ahora, el autor aparece en escena como un desequilibrado
que muere matando de forma abominable y el Estado Islámico se atribuye el
atentado. No hay que buscar por tanto los motivos de su pavoroso crimen en la
geopolítica, sino en la psiquiatría. ¿Consuelo? Ninguno. Las medidas
excepcionales se alargan tres meses. Mataron, matan y volverán a matar, esa es
la única certeza.
Por lo que se
refiere al terrorismo yihadista, está visto que los gobiernos europeos no
pueden con él, hoy, y que a duras penas saben cómo integrar el mundo islámico
en su panorama democrático alejado, es un decir, de los poderes teocráticos.
Entre quien está dispuestos a morir por Dios para alcanzar el paraíso y quien
defiende valores democráticos a cambio de un sueldo hay una distancia me temo
que insalvable. Eso no hay alerta nivel 4 que lo impida ni bombardeos lejanos
ni mucho menos cierres de fronteras indiscriminados y arbitrarios. Nada. ¿Tengo
yo la solución? No. Y la palabrería oficial no me ofrece ningún consuelo. ¿Tengo
miedo? Pues sí. Según y cómo no frecuentaría ahora mismo una aglomeración.
Decir que esto es admitir una derrota frente al terrorismo es una baladronada
de matasiete protegido por matones de los muchos que salen estos días a la
palestra para hacer pendant con los politólogos que parecen
saberlas todas y no dan una. Cualquier cosa menos admitir que no se sabe gran
cosa. Nuestro mundo es inseguro y ni las guerras de agresión ni expandir lo
policiaco lo hacen más seguro.
Me repugna ese
desinflarse en condenas y alardes, y no reparar en que aquellas no son tan
contundentes, ni tan sentidas, si de matanzas que suceden lejos se trata, como
la reciente en una heladería de Bagdad que produjo mucho menos ruido mediático.
También había niños en Bagdad, pero eran otros niños, por lo visto. La
fraternidad y la igualdad son algo relativo, son según y como. Los pavorosos
crímenes terroristas no se cometen porque sí, como quiere el gobierno que
pensemos. El reflexionar no excluye ni el sentimiento de fraternidad y de
piedad hacia las víctimas, ni la firmeza de condena. Lo contrario sería admitir
el adoctrinamiento, la censura, la falta de libertad de conciencia y de
expresión, tal y como se expresó de manera repulsiva la vicepresidenta de
gobierno en contra de Pablo Iglesias.
¿Es la guerra de
Irak el origen del estado permanente de guerra que vivimos y que el filósofo
Michel Onfray ha calificado en Francia de «guerra civil»? Lo ignoro porque no
tengo medio de saberlo y me niego a acatar las consignas oficiales que no me
explican, sino que me hacen tragar; consignas, que de eso se trata. ¿Basta con
declarar terrorismo lo que desde el otro lado es visto como una guerra santa?
Lo dudo. Es de una desproporción mayúscula. El buenismo progresista, y el
izquierdismo anticapitalista menos, no valen de nada frente al fanático
religioso, al que declaramos fanático para no meternos en honduras. Una
sociedad poco o nulamente religiosa no sé si está ya en condiciones de entender
a quien está dispuesto a morir y a matar por su fe, ni siquiera de enfrentarse
de una manera eficaz y detener su más que evidente expansión. Las acciones
terroristas no van a menos, sino a más. Y eso los políticos profesionales lo
saben. El reto de Europa es ya, me temo, de pura supervivencia contra yihadistas...
¿y desequilibrados?
*** Artículo
publicado en los periódicos del Grupo Noticias el 17.7.16
__
De
VIVIRDEBUENAGANA (blog del autor), 17/07/2016
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