Hace treinta y
cinco años, un 17 de julio, los paramilitares de Klaus Barbie, en unión de
uniformados del narco-golpista García Meza, asaltaron la sede de Central Obrera
Boliviana y asesinaron a Marcelo Quiroga Santa Cruz en circunstancias nunca del
todo aclaradas. El asalto me lo contó hace años Liber Forti que estaba presente
y, detenido, salió con vida. Me dijo que vio cómo bajaban a Quiroga
ensangrentado arrastrándolo por las escaleras. Dudaba que estuviera vivo.
Quiroga no estaba solo, también desaparecieron para siempre Juan Carlos Flores
Bedregal y, en Oruro, el día 22, Renato Ticona... hay más, desaparecidos,
torturados, asesinados.
Los restos de
Quiroga y sus compañeros no han sido hallados, pese a las promesas
presidenciales, que el paso del tiempo convierte en grotescas, y los intentos
de extorsión de los militares golpistas que cumplen condena en el penal de
Chonchocoro, en el sentido de suministrar información a cambio de libertad. Las
acampadas de damnificados frente al Ministerio de Justicia, en el Prado paceño,
acabaron resultando molestas y fueron incendiadas. Lo vi.
Se sigue hablando
de los militares bolivianos que participaron de manera directa en el asalto a
la COB y consiguiente represión, y que entran y salen de prisión según
criterios poco jurídicos y menos estrictos, pero muy poco de los paramilitares que
formaban bajo el nombre Los Novios de la Muerte a las órdenes de Klaus Barbie,
entre los que había españoles... algunos lucían insignias del Ejército español,
algo que no creo pudiera pasar inadvertido a la Embajada española y su servicio
de información. En concreto insignias de Tropas Nómadas y de GOES (popularmente
conocidos como "guerrilleros"). ¿Quiénes eran esos españoles?
¿Quiénes los que habían sido legionarios del Ejército español? Silencio. Eso no
le interesa a nadie por lo visto.
Entre los paramilitares
estaba Stefano Della Chiaie (en la fotografía con gafas oscuras), presente con
muchos otros matones, en Montejurra 76, asunto sangriento este organizado a
todas luces desde Presidencia de Gobierno, como podrá probarse algún día,
espero. Nadie ha respondido por lo cometido en Bolivia ni creo que haya sido
perseguido en serio. La Costa del Sol es un pozo de podre. Los Novios de la
Muerte eran una cuadrilla de malhechores internacionales que actuaron de manera
impune y van camino de ser historia negra y solo eso, o materia
novelesca.
¿Qué relación
tiene en Bolivia el ultraderechista Sixto de Borbón-Parma y Borbón-Busset,
protagonista de los sucesos de Montejurra 76, con Roberto Nielsen-Reyes... o no
se conocen de nada?
Resulta
interesante el testimonio de Ernesto Milá, recogido por Manuel Vázquez
Montalbán en Mis almuerzos con gente inquietante.
Para las andanzas
de Klaus Barbie estimo imprescindible la lectura del libro de Peter MacFarren y
Fadrique Iglesias, Klaus Barbie, un Novio de la Muerte, así como los trabajos
de Gustavo Sánchez y Carlos Soria-Galvarro que acompañó a Barbie en el avión
que en 1983 lo entregó detenido en la Guayana: no sabía por qué lo habían
detenido, me contaba Soria.
“Se inició en
Bolivia una ola de asesinatos. La primera víctima fue el jefe del Partido
Socialista, diputado electo por Cochabamba, Marcelo Quiroga Santa Cruz;
brillante intelectual, ex ministro de Estado y principal gestor de la
nacionalización de la empresa petrolera Gulf Oil Company. Los cuarteles se
convirtieron en cárceles. Grupos no identificados asaltaban domicilios
particulares. Fue destruido el edificio donde funcionaba y tenía su sede la
Central Obrera Boliviana. Se impuso el toque de queda. Los paramilitares
patrullaban las calles de las ciudades. Por primera vez en Bolivia, fueron
utilizadas ambulancias como carros de asalto.” (Gustavo Sánchez Salazar, en Criminal hasta el
final. Klaus Barbie en Bolivia, Barcelona, 1987, pág. 90)
__
De PLUMAS
HISPANOAMERICANAS, 22/07/2016
No comments:
Post a Comment