Presentamos en este segmento del blog un análisis de la vegetación que existía en la Pampa del Tamarugal en la época del Teniente de Gobernador don Antonio O´Brien en agosto de 1765, fecha que estampa en su famoso Plano. O´Brien se distinguió en su tiempo por sus habilidades cartográficas. Disponemos hoy, por tanto, de lo que podríamos llamar "fotografías" de la época. Tal como lo explicamos en detalle más abajo, al traer a colación sus propios textos, nos interesa saber qué especies vio y distinguió este cartógrafo así como conocer su abundancia relativa, la que trató de expresar gráficamente en su Plano de la "Pampa de Yluga" y en su famosa Descripción. O´Brien denomina "Pampa de Yluga" a esta extensa pampa o planicie que se extiende al Este y frente a la quebrada de Tarapacá, en la zona de su desembocadura en la pampa del Tamarugal. Es la área donde los potentes derrames de aguas producidas por los aluviones provenientes de las quebradas de Aroma, Tarapacá y Quipisca, permitieron, desde tiempos indígenas, establecer esporádicas chacras de cultivo y cabañas de emergencia, durante los cortos meses de existencia de agua.
¿Dónde se hallaba Yluga?. ¿Un sitio específico o un área?
Yluga es un topónimo cuya ubicación exacta hasta hoy ha escapado por completo a la pericia y diligencia de los investigadores (etnohistoriadores o arqueólogos). Se supone haya sido un pequeño punto de descanso, en plena pampa, en la ruta o huella que desde Tarapacá, iba hacia el Mineral de Huantajaya, en la costa. Tal vez - así lo sospechamos- coincida con el sitio llamado "Ramainga" (¿ramada del Inca?) que según el testamento del encomendero Lucas Bartínez Begaso era un lugar, en plena pampa, donde se hacía carbón para las explotación de la plata del mineral de Huantajaya, junto a Iquique. Yluga, [seguramente Iluca, en idioma indígena] seguramente, quedaba en dirección a dicho mineral, sito en la cordillera de la costa, como el Plano y el trazado de sus caminos parecen corroborarlo. El hecho de que allí tuviese el citado encomendero esclavos negros haciendo carbón hacia el año 1560, probaría que dicho lugar era una potente arboleda en su tiempo. Solo en tales sitios se justifica producir carbón de leña. El topónimo sobrevivió hasta mucho después de la época de O´ Brien, pero no ha sido posible hasta ahora hallar el lugar mismo, que pudo haber sido arrasado por algún potente aluvión. El geógrafo peruano Mateo Paz Soldán en su Geografía del Perú (Tomo I, Librería de Fermin Didot hermanos, París,1862), lo posiciona en plena pampa. Algún día, tal vez, avezados arqueólogos descubrirán las ruinas de este lugar cuya existencia histórica estaría bien documentada. De existir aún hoy sus rastros, como sospechamos, ello nos depararía muchas sorpresas.
¿Dónde se hallaba Yluga?. ¿Un sitio específico o un área?
Yluga es un topónimo cuya ubicación exacta hasta hoy ha escapado por completo a la pericia y diligencia de los investigadores (etnohistoriadores o arqueólogos). Se supone haya sido un pequeño punto de descanso, en plena pampa, en la ruta o huella que desde Tarapacá, iba hacia el Mineral de Huantajaya, en la costa. Tal vez - así lo sospechamos- coincida con el sitio llamado "Ramainga" (¿ramada del Inca?) que según el testamento del encomendero Lucas Bartínez Begaso era un lugar, en plena pampa, donde se hacía carbón para las explotación de la plata del mineral de Huantajaya, junto a Iquique. Yluga, [seguramente Iluca, en idioma indígena] seguramente, quedaba en dirección a dicho mineral, sito en la cordillera de la costa, como el Plano y el trazado de sus caminos parecen corroborarlo. El hecho de que allí tuviese el citado encomendero esclavos negros haciendo carbón hacia el año 1560, probaría que dicho lugar era una potente arboleda en su tiempo. Solo en tales sitios se justifica producir carbón de leña. El topónimo sobrevivió hasta mucho después de la época de O´ Brien, pero no ha sido posible hasta ahora hallar el lugar mismo, que pudo haber sido arrasado por algún potente aluvión. El geógrafo peruano Mateo Paz Soldán en su Geografía del Perú (Tomo I, Librería de Fermin Didot hermanos, París,1862), lo posiciona en plena pampa. Algún día, tal vez, avezados arqueólogos descubrirán las ruinas de este lugar cuya existencia histórica estaría bien documentada. De existir aún hoy sus rastros, como sospechamos, ello nos depararía muchas sorpresas.
Fig. 1. Firma de don Antonio O´Brien y dedicatoria de su obra sobre Tarapacá al Virrey de España en Lima. Dice textualmente: "con el más profundo respeto y veneración queda a los pies de Vuestra Excelencia, su más rendido criado, Antonio O-Brien".
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Fig. 2. el Virrey del Perú el barcelonés don Manuel de Amat y Junyent (1704-1782), quien nombró a O´Brien como Teniente de Gobernador de Tarapacá e Inspector de minas del mismo distrito. (Imagen tomada de Internet). Amat ejerció el cargo de Virrey del Perú entre los años 1761 y 1766 y encargó a O´Brien numerosos trabajos, conociendo de cerca sus notables habilidades.
Fig. 3. Vista del Plano de la Pampa de Yluga, conservado en el Museo Naval de Madrid. La imagen es borrosa, por lo cual hemos puesto la transcripción de la leyenda del mismo (que figura en el recuadro, a la derecha) en nuestra figura siguiente (Fig.4). Este es uno de los varios planos que O´ Brien elaboró en la zona de Tarapacá. Debemos la fotografía al historiador don José María Casassas quien gentilmente nos la obsequiara en el año 1972 en Antofagasta.
Fig. 4. Detalle de la leyenda del Plano de la Pampa de Yluga, tomado de nuestro trabajo: "Antecedentes históricos para un estudio de la re-utilización de suelos agrícolas en la pampa del Tamarugal, Provincia de Tarapacá, Chile", publicado en la revista Norte Grande, Instituto de Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile (Vol. Nº 1, 1974, frente a pg. 22). En el número 28, se reseña explícitamente un tipo particular de vegetación descrito como "monte bajo que llaman pillallas".
Para formarnos una idea más precisa del valor e importancia de estas referencias, entregamos aquí una transcripción nuestra de unas páginas de su famosa descripción donde se refiere a la vegetación..
Páginas de la Descripción original de 1765.
A continuación, presentamos las tres páginas del original colonial de la "Descripción" de donde extractaremos, más abajo, en forma sintética, la información relativa a la flora presente en dicha pampa en dicho año 1765. Después, analizaremos el texto en detalle, haciendo ver sus aportes.
Fig. 5. Primera página de la descripción de la Pampa de Yluga que se inicia en el número marginal 75 de su Descripción general. Para él, esta planicie se inicia en la quebrada de Arica y acaba en el límite con Chile. Corresponde, pues, a lo que los geógrafos denominan la "depresión intermedia" que por el sur, termina en el curso del río Loa. (Número marginal 76 del original).
Fig.7. Tercera página de la descripción.
La Descripción de la Pampa de Iluga por Antonio O´Brien en 1765.
Muy pocos lugares de Chile actual tienen el notable privilegio de contar con una antigua, minuciosa y detallada descripción de su geografía, hidrología y de su flora particular. Este documento es un retrato fiel del aspecto que ofrecía la pampa al observador atento, hace exactamente 250 años, antes de que se iniciaran las primeras exploraciones para explotar del salitre natural de su suelo. Contamos, para fortuna nuestra, con una fina y perspicaz descripción y, por añadidura, con un excelente Plano ilustrativo que abarca una extensa superficie entre la quebrada de Aroma, por el norte, y la localidad de Pica, por el Sur en la actual Región de Tarapacá. (Norte de Chile). En él, las corrientes de agua, los caminos y sobre todo las zonas arboladas con diferentes especies vegetales, merecen una mención especial.
Muerte lenta y silenciosa del Tamarugal en la actualidad.
El tema es hoy de renovado interés científico, por cuanto los bosques del Tamarugal, replantados pacientemente por la Corporación Nacional Forestal (Corfo), entre los años 1960 y 1972, están muriendo hoy lenta pero inexorablemente a vista de ojos. Basta hacer un breve recorrido por la carretera panamericana entre Pozo Almonte y la antigua estación de ferrocarril en Pintados, para ver cientos de hectáreas de árboles ya crecidos, totalmente secos hoy, o a punto de perecer. ¿La causa?. El fuerte descenso de las napas freáticas y la falta de una adecuada recarga de los sedimentos de la pampa, por la disminución notoria de las lluvias en el altiplano, los efectos directos del calentamiento global y, sobre todo, la extracción masiva e incontrolada de aguas fósiles del subsuelo tanto en el piso mismo de la pampa como en las localidades de La Tirana, La Huayca y los oasis piemontanos de Pica y Matilla. No existe reglamentación alguna al respecto y mucho menos una fiscalización de pozos y sondajes profundos los que han proliferado de una manera escandalosa en la zona.
Cualquier medida futura de replantación en esta extensa pampa, requerirá de ingentes cantidades de agua, las que solo cabe obtener mediante el uso de agua de mar desalinizada, pero necesita, además, del apoyo del conocimiento histórico para saber cuál fue la zona arbolada en el pasado, qué especies prosperaron en ella y qué aspecto presentaba ésta hace dos siglos y medio.
¿Qué sabemos del bosque del Tamarugal en el siglo XVIII?.
Solo a partir del año 1765 tenemos noticias detalladas y fidedignas sobre el estado de la vegetación en la pampa que hoy llamamos "Pampa del Tamarugal" en la depresión intermedia de la Primera Región de Chile. Con anterioridad, las noticias son muy vagas e imprecisas y no nos permiten obtener un cuadro coherente sobre el aspecto de este bosque del tamarugal en los siglos XVI y XVII. Las Crónicas españolas nos refieren las peripecias de los viajes de los conquistadores Diego de Almagro y Pedro de Valdivia con frases lacónicas y poco expresivas. En ninguna de ellas hay referencia clara a los bosques del Tamarugal, aunque sí con frecuencia la suma escasez de población, a la sal acumulada en su superficie y a la terrible falta de agua del trayecto y la necesidad de llevarla en cueros de animal (odres).
La cita del texto de O´Brien.
Por eso es de especial interés, a este propósito, citar ad litteram la magnífica y detallada descripción que nos dejó don Antonio O´Brien, Teniente de Gobernador de Tarapacá en el año 1765 en el capítulo VII de su Descripción que titula: "Descripcion del valle o Pampa de Yluga y de el Tamarugal". Nos circunscribiremos tan solo a las referencias explícitas que allí se hace a la flora local que a él le tocó observar personalmente y en la que se fijó en forma particular. En otros capítulos de este blog nos hemos referido a este notable personaje, don Antonio O´Brien y su rol de inspector de las minas. Su nominación como Teniente de Gobernador, con residencia habitual en el pueblo de Tarapacá, le permitió conocer palmo a palmo la región y sus contornos, así como sus problemas y necesidades. (Consulte nuestras etiquetas: Antonio O´Brien, Mineros de Tarapacá, Minería de la plata, Pampa del Tamarugal).
Texto parcial de la Descripción (referente a la vegetación).
"Es un territorio que según las señas y experiencia que se tiene, ha sido fertilísimo, no pudiendo dudarse que lo es y que lo volverá a ser siempre que se le introduzca agua que los riegue. Se ven en este territorio muchas y dilatadas chacras, en las que permanecen los rastrojos del trigo y maíz que produjeron. Asimismo, hay en él gran cantidad de árboles que llaman tamarugos, algarrobos y molles, muchas y crecidas retamas con un espeso e intrincado bosque de monte bajo, que en parte lo hacen impenetrable, por esta parte frente del pueblo de Pica. Y es bastante húmedo y muy abundante de agua subterránea; hay en este sitio en el camino que se sigue desde el dicho pueblo [de Pica] para el cerro de San Augustín de Guantajaya, dos pozos que llaman Puquios, el más profundo es de catorce varas, y por lo regular tiene tres [varas] de agua y solo sirven para dar de beber a los que transitan por este camino porque hasta ahora no ha habido quien hubiere hecho una noria u otra máquina para regar algunas tierras. Es en algunos parajes salitrosa, por la parte que sigue a la costa, pero a más de no ver mucho el salitre, es superficial, criando una costra de cuatro a seis dedos de grueso, y el terreno debajo de esta costra es gredoso y dulce, y todo el resto de la Pampa es especial tierra para trigo y maíz. La última cosecha que se cogió seis años ha, llegó a dar ciento treinta y dos fanegas de trigo por una, y desde entonces no ha vuelto a sembrar en ella por falta de agua". (Transcripción nuestra tomada directamente de una fotocopia del original del Archivo de Indias, 1765, Nº 76; cfr. Archivo de Indias, Legajo Charcas, 490, Nº 76) Solo se modernizó la grafía, ortografía y sintaxis de acuerdo al idioma español actual, para facilitar su lectura, sin cambiar ni una sola palabra del texto).
De este extraordinario texto deducimos lo siguiente:
1. En tiempos de O´Brien había, en lo que hoy conocemos como Pampa del Tamarugal, "gran cantidad de árboles". Es decir, se mantenía todavía bien conservado el tupido bosque en numerosos sectores. Esto a pesar de la intensa explotación realizada por los encomenderos de Tarapacá en el siglo XVI y, antes aún, por el Inca para la obtención del mineral de plata de Huantajaya. El Plano de la Pampa de Yluga ilustra claramente las áreas vegetadas, señalando mediante una simbología clara e inteligible, los sectores de mayor densidad de árboles y/o arbustos.
2. Distingue nítidamente O´Brien tres especies arbóreas allí presentes: tamarugos [Prosopis tamarugo], algarrobos [Prosopis alba] y molles [Schinus molle]. Con estos mismos nombres los denomina O´Brien, siendo entre éstos "molle" [mulli], el único nombre de árbol de raíz indígena original.
3. Añade, como dato muy importante, la presencia de un "bosque" de"monte bajo" que denomina "pillalla" matorral que a veces presenta tal densidad que impide atravesarlo. Se refiere- lo sabemos bien- a la especie arbustiva Atriplex atacamensis, que forma enormes conjuntos de forma circular u oval, a veces de muchos metros de contorno. Esta especie endémica de Chile es conocida en Antofagasta y en la IIIª Región de Chile con el nombre indígena de "cachiyuyo" o "hierba de la sal" en lengua quechua. El término indígena de pillalla, en cambio, sospechamos sea probablemente de origen local, posiblemente puquina. En todo caso, ciertamente, no es ni quechua ni tampoco aymara. En efecto, la desinencia final -alla- está presente en algunos topónimos de esta región como Cumiñalla, en el Salar de Pintados.
4. Alude concretamente a las grandes siembras de maíz y trigo en "chacras" que se hacían en sectores de la pampa cuando bajaba el agua de aluvión por las quebradas. Estas chacras las dibuja con especial esmero indicando con el número 27 su presencia mediante un cuadriculado ad hoc. Una de estas chacras se muestra en el Plano rodeada de un seto de árboles vivos, lo que sugiere al investigador su plantación ex professo por los agricultores como protección, tal vez, contra los excesos destructivos del aluvión, o como defensa contra los vientos.
5. Las "crecidas retamas" de que nos habla O´Brien son las plantas que hoy llaman los habitantes locales como "retamillas" o "retamas" y corresponden al arbusto Caesalpinia aphila de la familia Leguminosae. (Subfamilia Caesalpiniaceae). Este arbusto tiene hojas diminutas o totalmente ausentes y numerosos tallos largos y flexibles. Al florecer en los meses de septiembre hasta noviembre, se llenan de vistosas flores de un color amarillo intenso con tintes de rojo. Su fruto, es una vaina. En sus flores se suele hallar un pequeño coleóptero de la familia Buprestidae, del género --- y son polinizadas, además, por abejas silvestres del género Centris sp. que anidan bajo tierra.
Un nuevo texto de O´Brien, continuación del anterior, nos ilustra sobre otros aspectos importantes relativos a la forma de explotación de la flora local, en los que el inteligente Teniente de Gobernador fija su atención con una mirada que hoy día clasificaríamos de eco-antropológica o simplemente ecológica. Hélo aquí:
"77....Mucha parte de este valle cría con las humedades de las nieblas y las que coge el terreno con el agua que corre de las quebradas que he dicho [nombró más arriba a Aroma, Tarapacá, Mamiña, Macaya y la de La Calera], un monte bajo y espeso que llaman Pillayas [se trata de Atriplex atacamensis]; cuando están verdes las comen las mulas. Este monte de arboleda se ha secado mucha parte de él en las inmediaciones de la Quebrada de Tarapacá por dos razones: la primera, porque siendo el terreno más alto, parece que las aguas subterráneas corren más profundas y no alcanzan los árboles tanta humedad como necesitan para su conservación no obstante que todavía hay muchos algarrobos, tamarugos y molles en esta parte.
78. La segunda, porque es mucha la cantidad de ellos que cortan para leña, hacen carbón y otros menesteres, siendo lo que más destruye esta arboleda el modo que tienen de hacer el carbón que es como dije: cortan los árboles y los destrozan y cuando están secos, juntan una cantidad de ellos y les pegan fuego sin otra precaución alguna, y cuando les parece que están pasados de fuego los apagan con tierra y sucede que si pusieron cien quintales de leña, sacaron veinte o veinte y cinco de carbón bien malo, y de este modo han destruido la mayor parte de la arboleda, con muy poca utilidad, y si no se pone remedio, vendrán a quedar en menos tiempo del que piensan, sin leña ni carbón ni donde ir a buscarla. 79. Toda esta pampa o valle es despoblada y en ella no hay parte alguna que no pertenezca a Su Majestad (que Dios guarde)".(énfasis nuestro).
Comentario nuestro:
1. Advierte O´Brien con mucha perspicacia y con una mirada que hoy llamaríamos ecológica, acerca del peligro derivado del modo abusivo y destructivo de explotación contemporánea de la leña y carbón en estos bosques. Si siguen procediendo así- señala- acabarán pronto con la arboleda.
2. Se indica en forma tajante que no hay en esa época [1765] habitantes estables en esta extensa pampa. Este dato es muy interesante pues comprobaría que aún no se ha iniciado aquí la instalación de buitrones de beneficio de la plata en la pampa, cerca y alrededor de la actual población de La Tirana. La actividad que aquí se realizará más tarde en torno a estos buitrones exigía ya , de facto, una forma de poblamiento al menos semi-permanente.
4. Aunque no se nombre explícitamente a esta especie como parte del "monte bajo" señalado por O´Brien, hubo y hay aún en sectores del Tamarugal otro arbusto muy común en esta pampa: la sorona o brea (Tessaria absynthioides).
5. Para tener una idea más precisa de todas las especies que todavía hoy pueblan esta pampa y sectores aledaños, véase nuestro artículo en este mismo blog: "Flora endémica de la Pampa del Tamarugal y oasis aledaños: su uso en el pasado y en la actualidad", (Sábado 17 de Enero de 2009).
6. Somos de opinión de que "Yluga" para O´Brien designa un sitio específico, no una comarca o área extensa, razón por la cual geógrafos como Paz Soldán le adscribe un punto específico en su Plano. Era tan importante dicho lugar a los ojos de O´ Brien que designa a toda la pampa con dicho nombre, anotándolo como un sinónimo de "Pampa del Tamarugal". La razón, en nuestra opinión, es que la tupida arboleda nativa y endémica del Tamarugal existente en esa época, se hallaba situada en la planicie, frente a la desembocadura de las quebrada de Tarapacá, Quipisca y Quisma (Pica-Matilla). Al Norte de la quebrada de Aroma no había arboleda alguna, al parecer. Los caminos desde Tarapacá y Pica hacia la costa, en el Plano de O´Brien atraviesan estas extensas arboledas, donde habría, seguramente, pequeñas postas de auxilio o tambillos para los caminantes, dotadas de sombra, leña, agua y algunas provisiones.
Fig. 8. Retama o retamilla (Caesalpinia aphila; Familia Leguminosae). Todavía se puede observar conjuntos sobrevivientes de esta especie a unos 5 km hacia el Weste de la localidad de La Tirana, a corta distancia de la carretera panamericana N-S. Esta planta fue muy utilizada hasta el siglo pasado para techar cabañas o refugios y para armar las paredes de las mismas. Alcanza una altura máxima de unos 3.50 m.
Fig. 9. Ejemplares de tamarugo (Prosopis tamarugo) a unos 3-4 km al sur de la Tirana. Pueden alcanzar hasta los 10-12 m de altura sobre el suelo.
Fig. 10. Conjunto de pillallas (Atriplex atacamensis) visible hoy a un costado de la ruta actual que conduce a La Tirana, a unos 4-5 km del cruce de la Carretera Panamericana N-S.
Fig. 11. Conjunto antiguo de algarrobos (Prosopis alba) junto al socavón de Comiña, entre los pueblos de Matilla y Pica.
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De ECO-ANTROPOLOGÍA (blog del autor), 30/01/2016
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