Gertrude Stein (1933). The Autobiography of Alice B.
Toklas. London: Penguin, 1966.
Siempre me dio
pereza encarar a esta mujer: su leyenda es más grande que ella misma. Con todo,
hay que reconocer los méritos de esta autobiografía, cuyo procedimiento de
hablar por boca de su lifelong companion (una prosopopeya, si
concedemos que Alice Toklas, por lo que dicen, siempre estaba callada y en
segundo plano) para contarse a sí misma redime todo el conjunto, incluso redime
la vanidad sin atisbos de falsa modestia de GS. Era una mujer muy inteligente,
aunque quizás estaba demasiado segura de esa inteligencia. Como sea, fue la
promotora (ella y su hermano, por lo visto de familia muy rica) del cubismo y
pionera del coleccionismo moderno. Toda esta etapa es para mí más interesante
que su cuestión como escritora. Hay muchas anécdotas, algunas muy graciosas, y
Picasso está muy presente a lo largo de todas estas páginas, junto con Matisse,
Braque, Cézanne, Cocteau, Juan Gris. Uno de los momentos más luminosos es el
banquete que Picasso organiza para el maravilloso aduanero Rousseau, un
hombrecito de cara común que iba a todas partes con un violín. De otros
escritores habla poco: aparecen Eliot, Pound, William Carlos Williams, con el
pesado de Hemingway a la cabeza y su mentor –por él traicionado– Sherwood
Anderson detrás. Apenas mencionadas están Sylvia Beach y Adrienne Monnier. Se
destacan algunas reflexiones de GS, y muy atinadas observaciones sobre España y
lo español, cultura de la que ambas mujeres eran grandes admiradoras
(curiosamente describen un simpático viaje a Cuenca, entre varios otros por la península).
Lo más destacable
es la sintaxis, que intenta una suerte de oralidad, de continuo en la frase, a
la que no le gusta interrumpir con comas. Eso crea a veces un efecto de
extrañamiento que obliga a releer la frase. Es algo bastante astuto, ya que
crea su propio estilo sin resultar hermética o incomprensible. Digamos que
lleva la escritura, astutamente, a una distancia bastante lejos del límite, a
un coqueteo con el límite sin consecuencias de peso.
“She says it is a good thing to have no sense of how it is
done in the things that amuse you. You should have one absorbing occupation and
as for the other things in life for full enjoyment you should only contemplate
results. In this way you are bound to feel more about it than those who know a
Little of how it is done.” (84-5)
__
De MICROLECTURAS
(blog del autor), 19/01/2014
Imagen: Gertrude Stein por Francis Picabia
Imagen: Gertrude Stein por Francis Picabia
No comments:
Post a Comment