Hay una palabra
que lo describiría: libertad. Y otra más: independiente. Juan de Recacoechea,
quien falleció la noche de este jueves a sus 81 años en La Paz, era sin duda un
hombre que buscaba más que la perfección, la sensibilidad y la descripción
gráfica de emociones y paisajes.
Era capaz de
armar diálogos intensos y creíbles a través de sus personajes que siempre
estaban anclados a la tierra y eran además, fervientes activistas de vivir la
vida hasta el límite. Buscadores de la felicidad. Y él mismo así lo era. Un
hombre que podía reírse de todos mientras se reía también de sí mismo. Un
escritor de verdad. Uno de los infaltables en cualquiera de los diccionarios
sobre literatura boliviana que se hayan escrito o se escriban en el futuro.
Él fue uno de los
tres que mejor narró La Paz, el otro es Saenz, y el otro, por más que se lo
olvide es Bascopé Aspiazu. Recacoechea merece todos los honores. Merece ser
leído.
Dos novelas
“Fin de semana”
(1977) y “Altiplano express” (primera edición Alfaguara, 2000) son novelas que
han sido opacadas por “American Visa” y sin embargo, en ellas están conjugadas
unas formas únicas de retratar el poder, la religión, el viaje iniciático y el
placer sensual del amor y el sexo. En ellas el autor ha tratado de jugar con
los mitos más importantes que tenemos como humanidad: el viaje como
descubrimiento de otros territorios, pero también, el viaje como recorrido
interior.
Ambas novelas
forman parte de una búsqueda por saber quién mueve los hilos del destino. Y al
hacerlo, plantea interrogantes que como pesquisas policiales hablan y sugieren
zonas oscuras de nuestra historia, de nuestras ganas de pertenecer a otro lugar
y de cómo el sexo se revela más ambiguo de lo esperado y es un fuego que
convierte el mismo cuerpo en una nueva experiencia. Así, esta narrativa nos ha
mostrado que Bolivia no es un páramo solitario, sino que vive en el éxtasis y
en la revolución. En la vida y en su celebración. En la risa y en la frase
inteligente. La Bolivia de Recacoechea es una Bolivia festiva y a punto,
siempre de ser descubierta aunque se la esté mirando desde la distancia europea
o desde un tren en mitad del altiplano.
__
De LOS TIEMPOS,
30/01/2017
No comments:
Post a Comment