Alfonso Cardenal
Hay personas que han vivido condenadas a ser lo que son, parece justo
y necesario cuando de arte se trata. Sí, arte. Gay Talese (1932),
ese nieto de sastre siciliano, es de los hombres que elevan el periodismo a la
categoría de arte. Hablamos de uno de los padres del Nuevo Periodismo, esa
curiosa etiqueta que Tom Wolfe usó para denominar las nuevas corrientes que
tomó la profesión gracias a ciertos talentos a mediados de los años 50. Un
periodismo sin normas, cercano, un estilo narrativo basado en la observación,
en los detalles, en la implicación emocional del autor e inspirado en la
literatura.
Y es que textos como los de Talese ponen de manifiesto los males del
periodismo moderno, su estilo no ha sufrido con el paso de los años, más bien
ha ganado en matices y su lectura se convierte en un placer, en un sueño, en el
bastión de la utopía del compromiso del periodismo con la literatura. Si un
cronista como Kapuscinski puso el enfoque humano y cercano de los conflictos
bélicos, Talese acerca al lector a las personas que se esconden detrás de los
grandes nombres del siglo XX, héroes populares como Frank Sinatra, Joe
DiMaggio, Mohammed Alí o Fidel Castro, pero también dibuja excelentes perfiles
de rostros anónimos que se cuelan entre escenarios vivos, trasfondos brillantes
y comparsas con una gran historia.
Talese creció como periodista en los años 50, comenzó ensalzando el
periodismo deportivo y se escaqueó siempre que pudo de la gran política. Al
comienzo de la década de los años 60 se consolidó con una serie de reportajes,
relatos y libros que le señalaron como la gran figura emergente del periodismo
estadounidense. La gran mayoría de sus relatos no se han traducido al
castellano, y libros como el de las mujeres de los mafiosos italoamericanos no
siguen siendo lejanos. A cambio este mismo 2010 se ha editado en nuestro
idioma “Retratos y encuentros”, un maravilloso libro en el que el autor te introduce
en las vidas de grandes personajes de un modo natural. El estilo de Talese
se basa en la observación más minuciosa posible, en las preguntas mundanas pero
relevantes, en los detalles que arrojamos los hombres involuntariamente y que
en muchos casos retratan más allá de nuestra voluntad. Los hombres que posan
ante el periodista son retratados de un modo diferente, son despojados de sus
ropajes, de sus mascaras, de sus poses y aparecen nuevos ante los lectores.
Talese
refuerza la idea de que el periodismo es necesario, que contar historias es mezclar
periodismo y literatura con naturalidad y sentido, con un ojo puesto en los
personajes y otro en el modo de presentarlos ante el lector, así la prensa
tendrá el futuro garantizado. Por desgracia se disfruta tanto de las lecturas
de sus libros como se añoran texto a su altura en el mundo actual.
Publicado
en masquecine.es, 2010
Foto:
Gay Talese
No comments:
Post a Comment