Después de quince
años, la periodista y docente universitaria Jacqueline Fowks publica la segunda
edición de su libro Chichapolitik. La prensa con Fujimori en las
elecciones generales 2000 en el Perú. Con el apoyo del Centro de
Competencia en Comunicaciones de la Fundación Friedrich Ebert (Colombia), la
Fundación Ebert (Perú) y la Asociación Servicios Educativos Rurales (Perú), la
autora nos entrega una edición “corregida y aumentada” (p.15) de una investigación
que en su momento pasó desapercibida por razones que nada tenían que ver con
sus planteamientos y conclusiones. Como la misma autora lo recuerda en la nota
introductoria, la primera edición apareció tres meses antes de la difusión del
primer vladivideo, que mostraba de manera incuestionable el nivel
de corrupción del gobierno de Alberto Fujimori. Ese contexto, en el que se
silenciaba, cuando no atacaba, cualquier publicación discordante con la línea
gubernamental, no fue propicio para que se reciba y se discuta la investigación
de Jacqueline Fowks.
El objetivo, como
el título podría sugerir, no es tanto plantear una reflexión de orden social o
antropológico acerca de la denominada “prensa chicha” (o “naranja” como también
se le denomina en diversos pasajes por su identificación con el partido de Alberto
Fujimori, quien utilizaba dicho color como distintivo). Antes que nada se
trata, tal y como la misma autora se encarga de precisarlo, de subrayar el
elemento político: “en la prensa chicha, el tema no es los diarios populares,
sino obviamente el control racional, deliberado, calculado sobre la información
que ahí circulaba, buscando generar una opinión” (p.16). Esa formación de
opinión en un público – lector o espectador – se encontraba motivada, en el
caso del periodo analizado, las elecciones del 2000, por afanes
reeleccionistas. Así, si bien “los medios, ya sea por opción voluntaria o por
sus relaciones con las esferas de decisión, recortan pedazos de la realidad y
deciden presentar, a veces, un conjunto muy pequeño o deformado de lo que
tuvieron al alcance como materia prima de la información” (p.31), en el caso
específico de dicho periodo electoral se manifestó más que nunca, el elemento
adoctrinador de los medios, sin olvidar su capacidad para difamar mediante, por
ejemplo, psicosociales muy bien orquestados.
Dividido en tres
partes y cuatro capítulos de irregular extensión, los dos primeros capítulos de Chichapolitik contextualizan
a nivel legal, social y político el periodo de las elecciones presidenciales.
En el primero, por ejemplo, resulta valioso recordar o descubrir el andamiaje
jurídico utilizado e interpretado por el presidente-candidato para hacerse
reelegir, sin olvidar, desde luego, los vacíos e imprecisiones legales de los
que se sirvió para preparar y asentar su candidatura. Por su parte, el segundo
capítulo está dedicado a abordar los casos más saltantes de medios de
comunicación, sus vínculos con el poder y sus líneas editoriales digitadas, en
mayor o menor medida por afinidades políticas o presiones (en particular
tributarias). Asimismo, de manera más que convincente la autora ha buscado
analizar el lugar y las expectativas de los consumidores de medios de
comunicación. Jacqueline Fowks es tajante cuando señala que “si un ciudadano
quería informarse en el Perú, debe invertir una suma de dinero considerable”
(p.69). Según la autora, dicha suma se elevaría a 357,50 soles mensuales en un
país donde el sueldo mínimo era de 421 soles. De esta manera, una gran parte de
la población nacional se encontraba secuestrada por una información tendenciosa,
cuando no apologética o difamatoria.
Los dos capítulos
siguientes son antes que nada comparativos y analíticos. Así, la autora
reflexiona acerca de las campañas electorales de los cuatro candidatos con
mayores posibilidades de ganar las elecciones (Alberto Fujimori de la “Alianza
Perú 2000”, Alejandro Toledo de “Perú Posible”, Alberto Andrade Carmona de
“Somos Perú” y Luis Castañeda Lossio de “Solidaridad Nacional”). La reflexión
propuesta aborda las estrategias utilizadas, su conveniencia o su falta de
ella, así como también la forma en que los medios de comunicación “chicha” o
“naranja”, subvencionados por fondos públicos, atacaban a cada uno de los
candidatos, según una estrategia concertada y personalizada. Después de la
comparación, se propone un análisis diacrónico de las diez semanas previas a
las elecciones presidenciales. Divididos en cinco grupos, en función de su
cercanía o no con el gobierno, los principales medios de comunicación son
vistos bajo la lupa en función del tiempo o espacio que dedican a cada
candidato, el tenor y contenido de los ataques a los candidatos no oficialistas
y la manera en que se cierra filas para defender a Alberto Fujimori, su gestión
presidencial o su candidatura.
Es necesario
señalar que la segunda edición viene acompañada por un valioso material
adicional: una “Advertencia” que de manera somera presenta el contexto de
aparición de la primera edición, así como una entrevista a manera de prólogo,
con el psicólogo social Hernán Chaparro. Es particularmente sugestivo el
análisis que éste plantea acerca de los ciudadanos que respaldaban
mayoritariamente a Fujimori. El libro se cierra con un nutrido aparato
bibliográfico en el que destacan publicaciones institucionales, periodísticas y
universitarias. También se precisa los medios de comunicación tomados en cuenta
para la investigación. En el apéndice figura la entrevista que Eduardo Guzmán,
periodista del programa dominical “Panorama” le hiciera el 2 de abril del 2000
a Alberto Fujimori, así como también una cronología que establece un paralelo,
de diciembre de 1998 a diciembre de 1999, de las relaciones entre medios y
poder, por un lado, y el proceso electoral, por el otro.
Finalmente, nos
gustaría señalar la actualidad de Chichapolitik. La prensa con Fujimori
en las elecciones generales 2000 en el Perú. Si bien fue publicado hace
quince años, en un contexto bastante específico, la calidad de la reflexión, lo
riguroso del trabajo analítico y comparativo, junto con el detalle del
repertorio bibliográfico, hacen de esta investigación un referente cuando se
trata de influenciar, cuando no programar, las líneas editoriales. Con la
elección presidencial (2016) cada vez más cerca, cuando se habla cada vez más
de “concentración” de medios, Chichapolitik es un libro que no
solo renueva su actualidad sino que se plantea de lectura urgente como una
forma interesante de combinar estudios políticos, periodísticos y culturales
con miras a la (in)formación de nuevas agencias ciudadanas ahí donde,
precisamente, los mecanismos del poder mediático intentan coactarlas.
En:
TERRONES, Félix. Chichapolitik. La prensa con Fujimori en las
elecciones generales 2000 en el Perú de Jaqueline Fowks. Revista
de Crítica Literaria Latinoamericana, 82, (2015), p. 418-419.
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De ANOTACIONES AL
MARGEN (Reseñas de Félix Terrones), 05/2016
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