JORGE MUZAM
Mañana silenciosa
después de tanta fiesta patriotera. Los chilenos soportan su resaca dieciochera
recibiendo los martillazos burlones de Dionisio. La chicha, el pipeño y los
terremotos causaron estragos. Duelen los pies con tanta cueca y cumbia
ranchera. Duelen las billeteras reventadas con tanto consumo. Las camionetas
volcadas en las cunetas forman parte del largo paisaje patrio. Los queltehues
parlotean de puro gusto en los potreros. Las vacas mugen desesperadamente por
su alfalfa matinal. Los perros no encuentran a quien ladrarle. Nadie despierta.
Nadie retoma el rumbo.
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De CUADERNOS DE
LA IRA (blog del autor)
¡Qué bueno, hombre!
ReplyDeleteBuenísimo.
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