Sunday, May 1, 2016

Nadie lee en esta tierra olvidada

JORGE MUZAM

El otoño y el vino se llevan muy bien. Así le digo a Ortiz Higuera, buen amigo universitario con el que compartimos labores en la cosecha de arándanos. Me avisa que vendrá estos días a compartir unos tragos. Me alegra saber que cuento con un nuevo amigo. No sobran interlocutores cultos en esta región. Mientras trabajamos juntos las horas parecían minutos hablando de cine, literatura o filosofía. No habíamos visto ni leído ni pensado exactamente lo mismo, así que ambos nos enriquecíamos en cada conversación. Luego él volvió a su universidad y yo a este valle donde penan las almas del intelecto. Mencionarle a Steinbeck a un terrateniente es para que te quede mirando perplejo, con la cabeza ladeada, como perro que no entiende. Ni hablarle de Fassbinder a un representante del ministerio de educación, o de Pablo de Rokha a un director de colegio,  o de Mahler a un profesor medio. Recitarle un poema de Bukowski a un abogado es para que te demande por presunta difamación. San Fabián es una tierra hermosa poblada por rudos campesinos curtidos en la sabiduría de la supervivencia, y es a la vez una tierra de asnos ignorantes y malintencionados, sobre todo entre el funcionariado. El soplonaje es parte de la rutina. Lamer suelas es cosa bien vista. Parecer de derecha da estatus. Y lo peor es que nadie lee, nadie alimenta su espíritu, nadie parece tener inquietudes más elevadas que rezar un padrenuestro exculpatorio o dejarse palmotear el hombro por el político de turno. Cada uno cuida con ferocidad su pequeña parcela, su cuevita de trastos innecesarios, la parcialidad de su mezquina conveniencia. 


Fotografía: San Fabián desde la cumbre del Alico. © Miguel Ortiz Higuera

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De CUADERNOS DE LA IRA (blog del autor), 30/04/2016

2 comments:

  1. Gracias, querido amigo. Parece ser una constante que el raterío humano se atrinchera en los puestos de gobierno de cada localidad.
    Un fuerte abrazo

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    1. Cada vez más, querido Jorge. Y mientras más avanzamos en la comunicación, más ignorantes crecemos. Caldo ideal para las alimañas.

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