Thursday, June 30, 2016

Vender acorazados

JORGE MUZAM

Florecen los aromos en las lomas bajas del Malalcura. Manchones amarillo pálido se extienden por el valle, bordean el camino, impregnan el aire. Los durazneros auguran su inminente estallido rosáceo. Los blancos albaricoques resisten la ventisca agostina. Ya no es oficialmente invierno. Lo ha decretado el color, los días más claros, las camelias payasas.

Se atrincheran nubes en las quebradas. Dejan al descubierto arrayanes muertos y serranías habitualmente inconsultas. Balan corderos recién nacidos, cacarean gallinas de huevos grandes, cantan gallos sexópatas. El resto es silencio, rigor de lectores, mate con sabor a menta.

Diseccionamos el mundo creativo de José Donoso. Avanzamos hacia la categoría de expertos. El conflictuado Donoso crece ante nuestros ojos, su perfeccionismo, su guerrilla creativa, su silencio, su antifaz. Pronto escribiremos un ensayo algo distinto a todo lo publicado.

Doy un salto personal hacia otras miradas sobre Chile. Extranjeros que arribaron a la buena y a la mala a estas inhóspitas tierras, que sufrieron desdenes y disfrutaron agasajos de parte de mis complicados compatriotas. Augusto Monterroso relata en Llorar orillas del río Mapocho (1983):

"En 1954 llegué exiliado a Santiago de Chile procedente de Bolivia, en donde había sido durante un tiempo secretario de la embajada y cónsul de mi país (oficio ocasional del que por fortuna lo relevan a uno las revoluciones o cuartelazos), Guatemala. Al darse cuenta de mi pobreza extrema, cuanta persona encontraba me invitaba a cenar para hacerme ver las posibilidades de desempeñar algún oficio, cualquier oficio...

El mejor consejo me lo dio José Santos González Vera, con la aprobación de Manuel Rojas y el posterior apoyo sonriente de Pablo Neruda:

-Mire-me dijo un día, quizá el siguiente de mi llegada-; yo nunca doy consejos, pero por ser usted le voy a dar uno. Si para ganarse la vida tiene ahora que vender algo, no se vaya a dedicar a vender cosas pequeñas, como escobas o planchas. Eso da mucho trabajo, deja poco dinero y por lo general la gente ya tiene una escoba o una plancha. Venda acorazados. Con uno que venda tiene resuelto el problema suyo y de su esposa para toda la vida".

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De CUADERNOS DE LA IRA (blog del autor), 23/08/2015


2 comments:

  1. Gracias por publicarlo, querido amigo. Un fuerte abrazo.

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    1. No conocía ese libro de Monterroso, Jorge. La anécdota... Abrazos.

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