JOSÉ MANUEL ORMACHEA
Fernando Mayorga,
un conocido allegado intelectual al MAS, escribió en su cuenta de Twitter:
“Estoy Hastiado de los Asqueados. De su tufillo aristocrático con chaqui de
imaginación y sobredosis de bilis” claramente refiriéndose a la última columna
de Alfonso Gumucio, donde expresa su asco (y el de la mayoría) por la ya
indigestante corrupción, los sinsentidos de antología y las vomitivas
desproporciones con las que, a palos, y bajo la lógica de la “derrota por
desgaste”, el Gobierno nos quiere resignar a pensar que nada ni nadie los va a
sacar de donde están.
Pues déjeme
decirle, señor Mayorga, que a mí me hastía el colaboracionismo revestido tanto
de análisis “imparcial” y “equilibrado” como el tufillo olor a superioridad
moral del que vienen haciendo gala hace un tiempo componentes de la corriente
que yo llamo “Evismo de closet” o “masismo deslactosado” y del que usted
claramente forma parte.
Ustedes son,
pues, un grupo que actúa como “palo blanco intelectual” del mismísimo Sun Tzu
plebeyo, de ese que los usa como peones mientras juega al Arte de la Guerra
como todo un buen Carl Von Clausewitz criollo. De ese que, como todo auto
percibido estratega militar, le ha otorgado una función específica a cada una
de sus “fichas” en el tablero de un juego cree que solo él conocer.
En ese su
“ajedrez subjetivo”, usted y otros varios cumplirían el rol de los “sensatos”;
hacen creer que es “injustificado” y promovido por “radicales” el enojo social
generalizado que hoy existe contra el gobierno y que todo quien está molesto y
lo expresa debe ser encuadrado discursivamente en el “extremismo conservador”,
esto para que ustedes cómodamente posicionen “al medio” en el análisis, pero en
realidad lo que hacen es hacer gravitar las posiciones “de centro”, amigables
con la clase media, alrededor de lo que sea que le convenga al Jacobino
llajtamasi, para el cual indirectamente hacen producción intelectual, según yo,
de manera militante pero encubierta.
Básicamente, la
tarea de los “oficialistas light” es ir por medios y eventos, cooptar
fundaciones y direccionar cooperaciones, validando el discurso oficial,
generando escepticismo contra todo quien encara al MAS y su proyecto
eternizador de frente, afirmando que los “enojados” tan sólo serían unos
cuantos “furibundos que quedan por ahí” de “oposición dura e
irresponsable” y acusando a varios críticos del Gobierno de ser una tropa de
“extremistas” y “radicales” “anti Evo” y “anti indio” que su supuesto “racismo”
(cliché que ha vaciado peligrosamente de significado al término para
transformarlo vilmente en una categoría política con fines persecutorios) y su
supuesto desdén por la democracia (curiosamente, son quienes defienden el voto
popular del 21F por sobre los designios de 3 o 4 en la cúpula azul) los estaría
“cegando” y les impediría valorar los “avances” del “proceso” que, con sus
“fallitas” sería, mal que mal, “lo mejor que nos ha pasado hasta ahora”.
¡Pero claro!
nunca, ni una palabra de estos tibios de conciencia, sobre el oscuro pasado
“ayllu rojo” del Vice, del gran gurú en el arte del “derrotar e incorporar” al
enemigo, de este Pep Guardiola de la guerra simbólica. Por supuesto, su “lucha”
fue “legítima” y su rabia contra el sistema expresado en la formación de una
organización con fines de “lucha armada para la liberación” es totalmente
comprensible. Pero cuando alguien normal no le gusta lo que está ocurriendo y
decide, como Gumucio, que su arma es el papel en vez del máuser lo transforman
artificialmente en un “excesivo”, un “aristócrata” y un “relleno de bilis” ¿No?
Cínicos.
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De EJU.TV,
02/01/2018
imagen: Honoré Daumier
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