Monday, January 8, 2018

El Muro

PABLO MENDIETA PAZ


No es un libro, ni mucho menos, pero tiene caras. Es, a veces, un panfleto, un opúsculo agresivo, ciego y brutal que difama sin piedad. Habría sido preferible, piensas, que fuera un tabloide, un tabloide tan sensacionalista e hipnotizador que mantuviera inalterable la epidermis grisácea del animal que llevamos dentro; aunque bien, con sagacidad y precaución, por no decir cautamente, el epitelio que la forma pudiera transmutarla a ciertos colores básicos. Pero no. Demasiada arte alquímica. De tanto pensar en lo que es, hacia el fin de la jornada caes rendido al sueño. Apostado ahí, en involuntaria urdimbre de imágenes inherentes a un kantiano arte poético, el inconsciente advierte, en segundos amables, que aquello en lo que piensas, y de lo que se está hablando, no es más que bagatelas en el aire, un lenitivo a las miserias de la vida, por más que por debajo otro inconsciente convoque a un reluctante Mauriac, quien sostiene que, por lo poco que cuesta, qué fácil es construir castillos en el aire, pero ¡qué cara es su destrucción!; y su destrucción es, al despertar, la realidad; una incómoda realidad al fin, y en otro tiempo de Mauriac, del tema que te ocupa, que nos ocupa. Con los ojos ya bien abiertos, sigues soñando (no te queda otra) en que se trata, también a veces, de un pasquín de noticias invisibles y primeras planas de titulares en blanco. Ya no te engañes, no tiene sentido. Es nomás aquel opúsculo fiero; pero ya que has hablado de pasquín, de pronto te suena a que esto es lo más cercano a lo que puede ser todo ese descomunal y opresivo panfleto, y entonces desfilan ante tus ojos, que ya sufren la opacidad del cristalino, ilustraciones de mala calidad: esa variedad de caras deformes, pedestres, y lo que es peor, aplastadas por supuestas glorias autobiográficas. Sí, sonríen, celebran sus triunfos. Van los dueños de esas caras, supuestamente de la mano de un condescendiente Nietzsche, y, ufanos, proclaman a los cuatro vientos que mientras más escalan los peldaños de la vida, más son perseguidos por ese perro llamado “ego”. Pero lo que más duele, lo que más te duele, es que la mayor parte de ellos no escala, pero el perro está ahí. Que gané tres premios, a cual más prevaleciente; que mi nombre figura en la publicación italiana esa, un surge et ambula literario que me permitirá atrapar la posteridad junto a nombres notables (en perceptible sensación vibratoria le nace un momentáneo pudor y duda en citar a los estelares, pero basta una fracción de segundo para que el recato se derrumbe como torre inclinada y los nombra (bueno, acaricia al perro que no es suyo, sí de Nietzsche, mientras sujeta entre sus manos unos lentes intelectuales estilo Pessoa o Joyce). Y, en general (nunca deja de asomar la buena intención, el buen gesto), todo es así, un universo de autobiografías que se codea con esa alma panfletaria, belicosa y provocadora. Pero aquel universo es más llamativo porque es brillante (dejas ya de ser discreto y te burlas), como un alba bonanzosa, como faro al medio del impetuoso oleaje oscuro. Y entonces, en exhibición de caras diversas, por ahora solo una limitada gama, convienes finalmente con un Auden de otra dimensión, en que cada autobiografía se ocupa de dos personajes: un Don Quijote, el ego, y el Sancho Panza, el yo (hay muchos dueños de caras que poseen este último, piensas esta vez con sonrisa complaciente). Cavilas sobre ello y tratas de apartar de tu mente el parloteo y murmuración vagos, insensatos, raquíticos, pero peligrosos; alfa y omega de ese teatro encuadrado en un plano difuso, anárquico. Y como eres persona concreta, sin pedantería, y heroico, unes en uno los soberanos principios de la masa que moldea a ese negro firmamento (la agresión y el escarnio, el arribismo y la petulancia, el chisme y la necedad), y disciernes en parábola que para cuando te llegue la hora suprema, sin mirar atrás comenzarás (lo que quede de ti) a recorrer, con energía y valor, la vía larga y estrecha hacia la gloria de la anónima última morada.

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De la página de FACEBOOK del autor, 05/01/2018

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