"Miraba
el cuerpo dormido de Alcibíades, veía los últimos destellos en la chimenea, en la
copa de vino, y me preguntaba si las cosas más importantes de la vida no
existieran más allá de la palabra, sino antes." - Thodoros
Kalliafatidis -
Contemplando
el paisaje dejado por las ruinas de Babel… encontraremos al
primer grito humano, allí está la tabula rasa de la palabra, aquella voz
primordial, luego chismosa o ausente, nunca dicha, saltada y abortada, a la palabra
que aún no ha nacido, a la recién sembrada y a la borrada, a la que Adorno
temía darle un mañana; ahí están el Gilgamesh inmortal, el profeta
bíblico y el cronista evangélico, el hidalgo y el vate, el trovador…
El lenguaje nace dialectal, el lenguaje reconoce el territorio donde
nació, reconoce las huellas del pasado y traza las del futuro, como en un viaje
a las raíces, el lenguaje es la lengua materna, es la semilla de la primera
acción, es el verbo que nunca traiciona su primavera y puede convertirse en
cualquier otra estación; el lenguaje es una concepción del mundo - un modus
vivendi - porque contiene la humillación, la opresión y la evocación de los
hechos, el lenguaje es nuestra historia, toda su violencia y toda su poesía…
Un pueblo deviene pobre y servil/cuando le roban su lengua/heredada de sus padres:/está
perdido por siempre (Ignazio Buttitta).
En el incansable maratón de la palabra nacen el argot, el
patois, el dialecto y el runa simi, surge la jerga, el oíl y el oc,
el portuñol y el occitano, se vislumbra el spanglish, el quechuañol, el cocoliche,
el ladino, el lunfardo y el grikanico… mujeres siempre en fuga y hombres
eternamente en guerra, epopeyas y cantos, odas y llantos de una sola actriz, la
palabra… el aedo enceguecido en la voluntad del sueño y Rimbaud coloreando
vocales, siempre en búsqueda de lo imposible y de la libertad. La palabra: vulgar,
jeroglífico, pictogramas, palíndromo, disparate, braille, ideograma, pleonasmo,
oxímoron, lapsus, neologismo, blasfemia, proverbio, quid pro quo, toda
poesía del hombre, uno grita, uno calla, uno habla y el otro escucha, uno
escribe y el otro lee. Ella es la actriz, la palabra. La de amor y la
traicionera… perdidas cosas, perdidas palabras… el nombre es arquetipo de la
cosa/en las letras de 'rosa' está la rosa/y todo el Nilo en la palabra 'Nilo'
(J.L.Borges).
Diptongos,
adjetivos troncos, hiatos que se abren y se cierran como el grito de una
gaviota (Fabrizio De
André)… palabra de confín, misiót como le dicen a mi dialecto, el Meneghél
que nace con la sal del mar de Venecia y en las peripecias de su viaje, un
viento de tramontana del Nord y unas caricias bárbaras lo endulza y lo
violenta, con el trabajo campesino y el esfuerzo artesano, toda una poesía hecha
de sudor y paciencia, de callos y minuciosidades. La palabra es el arabesco
encantador, el trabajo cartujo, es el viaje trovador y la maña pícara, el
cincel que extrae y el fuego que forja todo el arte, toda la vida. De ahí las
cosas desaparecen por arcaicas y así desaparecen las palabras… luego vendrán
nuevos lenguajes: alquimias, metamorfosis, magias… un gallardo Diccionario
del diablo de Ambrose Bierce y un curioso Coda al diccionario de
Jorge Patiño Sarcinelli, un extravagante Inventario general de insultos
de Pancracio Celdrán Gomariz y un elucubrado Vocabulario criollo-español
de Ciro Bayo… y así buscándose y encontrándose, enfrentándose y enamorándose… Las
palabras te calzan de oro/te coronan con laureles/te reverencian/te abruman de
lisonjas/ luego te lapidan. /Las palabras te santifican/te cantan alabanzas/te
levantan en el aire/ ¡qué alto vas!/luego te entierran (Oscar Cerruto).
Las palabras, piedras a la entrada de Auschwitz y poemas posmodernos en
el hormigón de Harlem y Manhattan, esculturas marmóreas en Sócrates y Platón y amargor
e tormento en el papeleo burocráticos cotidiano… las opacas palabras del
poeta real evocan el habla de antes del lenguaje, el entrevisto acuerdo
paradisiaco (Octavio Paz)… estrella fugaz o aún quimera en el esperanto,
hipogrifo en el sueño y en la conciencia del Poeta, mythos y logos, fábula
y orden en el eterno encuentro y desencuentro, en el amor y en el desamor… no
es lo mismo oír lo hablado que escribir lo oído (Augusto Roa Bastos).
Nota: el íncipit es del poeta cochabambino Juan Cristóbal Mac Lean; algunas
citas poéticas las debo a los poetas, a ellos la palabra.
septiembre 2017
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Imagen: Parte de la Tableta V de la épica de Gilgamesh
quedo boquiabierto ante tanta ilustración, don Claudio !
ReplyDeleteCierto que Maurizio la maneja y combina muy bien para darnos textos semejantes. Verdadero placer.
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