AITOR ARJOL
Cada quien aporta
desde su particular punto de vista sobre el mundo rural y su despoblamiento,
atendiendo a argumentos como el conocimiento exhaustivo del entorno, el
desempeño profesional en actividades del sector agropecuario, la experiencia en
ámbitos de la gestión pública, las actividades políticas afines al contexto
descrito o ejercer como promotor de alguna iniciativa local concreta. Una
lectura amplia arroja similar número y diversidad de perspectivas, dejándonos
un panorama lo suficientemente amplio y complejo como para navegar en tales
vericuetos de la España vacía, pero sin mayores resultados concretos.
El itinerario
final desemboca en una visión teórica y algo alejada del terreno práctico, es
decir, el de los propios habitantes o mejor dicho, supervivientes del abandono
que al mismo tiempo constituyen la voz de esa España oculta o en franco
deterioro y desaparición. La sequía, el impacto del cambio climático, el
desarrollo de un modelo de explotación agropecuaria sin relación con el entorno
natural, la propia codicia de los intereses políticos o económicos, las
nefastas políticas públicas en la materia o la despreocupación por la “España
vacía”, también conviven con otros aspectos más interiorizados y no por ello
menor importantes, como la propia inercia del tiempo.
En efecto, el
tiempo acaba con todas las ansias como un gigante que lo devora todo a su paso,
enunciado podría ser tomado como una vana cuestión filosófica, de parte de un
nostálgico lector y “amanuense” de la realidad rural, pero en conjunto el
hombre es el resultado de su tiempo, así este último muestre síntomas
claros de involución derivados de otros factores más allá de los descritos.
¿El
despoblamiento? ¿Los pueblos abandonados? ¿Los antiguos vestigios de terrazas
en las laderas que nos dejan indicios reveladores acerca del medio de vida? ¿El
hacinamiento de ruinas y restos de aperos aquí y allá? ¿Los antiguos caminos
convertidos en una débil estela? ¿La carencia de infraestructuras físicas y
otras condiciones de aislamiento? ¿Una economía de subsistencia? ¿Un entorno
duro y riguroso? ¿La búsqueda de oportunidades más allá de la mera supervivencia?
¿La construcción de embalses, con la consiguiente pérdida de medios de vida y
el abandono de los núcleos de población afectados? ¿La expropiación de
incontables hectáreas de terreno y sus respectivos pueblos para dedicarlos a la
repoblación forestal? ¿El desprecio por el ámbito rural? ¿La asociación de la
incultura e ignorancia a la gente que habita entre aquellos muros? ¿El éxodo
del campo a la ciudad? ¿La descomposición de las estructuras sociales ligadas a
la antropología o etnografía rurales? ¿La pérdida natural de las generaciones
que nos anteceden, y con ello la memoria colectiva que atesoran?
Las respuestas a
tales preguntas también arrojan conclusiones emocionales y alejadas de cierto
academicismo, lo cual supone mirar directamente a los ojos de muchos de los
habitantes de esa España rural, vacía, desolada, alejada o como quieran
denominarla. Inclusive conversar en silencio con los respectivos paisajes en
que se insertan, sin caer en el idealismo bucólico o en el romanticismo rural.
Sólo entonces comprenderemos mejor la verdadera complejidad del medio rural,
donde no caben recetas sin un profundo respeto, empatía o mínimo conocimiento.
Desde luego
que La España vacía de Sergio del Molino contribuyó a poner en
el punto de mira una problemática poco visibilizada hasta entonces por los
medios de comunicación o el propio imaginario colectivo más proclive al
ensimismamiento o la ignorancia. Sin embargo, el actual interés literario o
periodístico por la España rural no es nada nuevo ni tampoco han inventado el
agua tibia, porque ya había sido tratado extensamente en el ámbito narrativo
por escritores y artífices desde los albores del siglo XX hasta el presente.
Quiénes no se
acuerdan de Antonio Machado, Gerardo Diego, Azorín, Wenceslao Sánchez Flórez,
Álvaro Cunqueiro, Miguel Delibes, Camilo José Cela, Ángel González, Josep Plá,
Avelino Hernández, Jesús Moncada o Jesús Hilario Tundidor. Ejemplos notables y
precedentes que convergen con voces más actuales y cercanas, como las de Luis
Mateo Díez, María Barbal, Julio Llamazares, Paco Cerdá, Emilio Gancedo y
Alejandro López Andrada.
Sin ser todos los
que están ni estar todos los que son, porque los propios medios de
comunicación, intereses afines o circunstancias del azar visibilizan a unos en
detrimento de otros, como si un solo monte fuera orégano y no el resto. En
este contexto, La tierra retirada de Mercè Ibarz, publicada
por Editorial Minúscula y no tan conocida por el público lector, en el que la
escritora traza los recuerdos de su infancia y adolescencia en su pueblo natal,
situado en una comarca del Bajo Cinca. Una tierra que efectivamente se retira,
a raíz de los cambios que la autora describe sin caer en la melancolía o la
estrechez de los personajes.
Además también
destacan otro tipo de experiencias aportadas por los más incansables caminantes
y narradores del espacio rural, producto del trabajo de largos años y con sus
propios medios. Son los casos de José Luis Acín sobre los pueblos abandonados
en Aragón; los contenidos del blog “Pueblos Deshabitados” de Faustino Calderón,
cuyas descripciones o recuerdos nada tiene que envidiar a los escritores más
reconocidos; la interminable labor de Cristian Laglera Bailo, cuyos ojos
habitan en pardinas, ermitas románicas y otros lugares inhóspitos de la
Comunidad de Aragón; o, los universos abandonados del “segoviano Ignacio Sanz o
de los leoneses Ramón Carnicer y Jesús Torbad”, que tampoco gozan de la
repercusión que merecen salvo los “círculos más favorables a la temática”, como
señaló el propio Julio Llamazares en un artículo escrito el 10 de marzo de 2017
para El País.
Es decir: una
infinitud de Españas vacías navega entre el anonimato y la presunta atribución
de “amateurismo” a sus respectivos autores, aportando una plusvalía emocional
incontestable a todo este trasunto de la España rural del que mucho se habla,
reduce a pocos autores o rellena de propuestas al por mayor.
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De LA VOZ DEL
SUR, 07/03/2018
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