ACHILLE SC
Elmer Hermosa y su hermano Gonzalo, cantan como dos petardos. Más
gracia producen a las orejas los naturales conciertos que regalan urracas y
cuervos, pero ahí siguen estos dos bien inspirados y bullangueros hermanitos:
llenando sin pausa estadios y teatros. Década tras década. Timando, dispersando
por el globo van (junto a su estridente zampoñero
y ocasional "vocalista") sus brutales desacordes y
escatológicas letras; bien amparados bajo el demasiado permisivo
género de la mítica "música folklórica andina de alto nivel"… Ciertamente,
los graznidos de estos insufribles sujetos se conocen y aplauden
en casi todo el mundo. ¡Si hasta las cacarean en emocionado
japonés! Y ver a un nipón presenciar sus conciertos, ya es una
historia aparte.
Sip. Así es. Hoy los azotes son para "Los Kjarkas". Los sumos
"embajadores" del folklore boliviano... La más famosa y
mundialmente aclamada de sus bandas folk. ¿Mundialmente
aclamada? Sí. Porque dondequiera sus graznidos se sucedan, multitudes de
extasiados sordos a su vez graznarán para ellos y ovacionarán
largamente.
Que me lluevan los nacionalismos hardcore y los
putazos pues.
En 1965, los valles cochabambinos sufrieron los primeros
graznidos de éste folklore de "alto nivel". Desde entonces, y
por toda Bolivia, no han parado de graznar los decibelios.
Graznan también los hermanitos Petardo en América, en Europa, en Asia y
Oceanía. Viven de sus graznidos y viven bien. Cosa última que no me
molesta en absoluto, porque no soy yo quien paga -ni pagaría nunca-
por sufrir graznidos y graznar en vivo. Demostrado ya está que
Bolivia es un país de mitos. Y que semejante patraña "folk" sea
hoy otro valioso mito entre la chusma, otra alucinación colectiva y negocio
redondo en Bolivia, es pues exclusivo mérito de los hermanitos
Petardo. Y si ese es de ellos su mejor talento, pues venga
y pase. Bien ya lo sabemos: No es más culpable el que engaña, que aquel que se
deja engañar.
En sus orígenes, los hermanitos Hermosa timaban modestamente en modestas
tarimas de centro y suramérica. Pero en 1989, los bendijo un golpe afortunado
de plagio a su inefable canción "Llorando se fue".
Eso los volvió, de la noche a la mañana, millonarios y universalmente
famosos. La más famosa de las calientes lambadas así, en un generoso tris
tras, les cambiaría la vida y les pintaba de bonito verde las cuentas... Pero con
los graznidos no pasó nada, ningún acústico cambio ni milagrosa mejora se
produjo en ellos. Tan inclementes como ayer siguen sus bodrios hoy. O
incluso peor...
Es que dios es nomás, un siniestro y estrepitoso hijo de puta.
Con el plagio de la franco-brasileña Kaoma y su pegajosa
lambada"Chorando se foi", se multiplicaron por cien las lujurias en
el mundo. Y con la justa indemnización y regalías por los derechos de autor, se
multiplicó también por cien, la lujuria en los hermanitos
Petardo. De prolíficos compositores, los Kjarkas pasaron a ser -gracias a
la magia de los verdes millones, claro- unos muy ardientes sementales y
prolíficos progenitores. Sin pausa ni clemencia, fornicaron y fornicaron por
doquier... Y fornicantodavía.
Con las minúsculas tangas, los insondables designios del libidinoso
Señor confirmaron su diabólica naturaleza. Con la soltura de aquellos
hermosos, meneantes y esbeltos culos (de malignas brasileñas bailando
lambada) se desataron también los incansables Kjarka-conejos (los
sátiros y fértiles indiecitos latinos folk). Gracias a los
itinerantes hermanitos Petardo, el mundo volvió de repente a ser una feliz
Sodoma y Gomorra: Cholas, chotas, trolos, chinas, travas y gringas acudían
para adorarlos, a diestra y siniestra. Todas desfilaban aullando como
devotas groupies; y se sucedieron coliflores, matriquis, anginas, chancros,
coitos y engendros a un ritmo infernal...Tantos engendros como tantas cópulas
interprovinciales, inter-raciales e intercontinentales, siguieron a esa febril
lluvia de dólares post-plagio. Y también divorcios, claro.
Salvajes sí, pero no buenos, resultaron ser los
choleros indiecitos latinos... Porque desfilaron luego plañideras las
incalculeables mujeres engañadas. Y aparecieron legiones de
bastardos como quejas y demandas formales de muy alegres ch'otojs de
certera autoría venérea pero sistemáticamente negada por los fogosos
hermanitos Petardo (paternidad irresponsable, in vox populi)...
Travesuras propias de los "Choling Stones" se comentaba
entonces en los antros y en otros foros igualmente cultos y bien
informados. Así surgió la triste versión "bolivian
folk" de los igualmente díscolos y longevos Rolling Stones…
Pero al final, y a pesar de todo, salió nomás en los aviesos
hermanitos Petardo el dadivoso y coplero espíritu que caracteriza a todo digno
Tiroloco McCoy cochabambino: "los kjarka conejos tienen buena
talla, hasta los ojitos alumbran la calle.. Después del gusto, te paso
pensiones",cantaron ellos en los estrados. Y fue así,
que artísticamente se zanjaron los problemas judiciales con las groupies caídas
en desgracia. Definitivamente, el señor nuestro dios, es un pibe
pendejo jugando a los dados, a las coplas y a las tangas, claro.
Y fue también, coincidentemente, a partir de
aquella endemoniada lambada que la cursi/sensiblería folklórica -y el
inicial tinte romanticón- de tan adorables indiecitos latinos, mutaría
luego (fiel y progresivamente), hasta materializarse en unas insuperables (por
chabacanas) baladas. Hasta el día en que murió Ulises Hermosa (el
principal y más sensible compositor de los hermanitos Petardo), podía
dársele a la sonora pandilla algún mérito. "Poético", digamos;
aunque sepamos bien que esa cursilería y basura sensible (como es la poesía en
general) es cosa de maricas y para maricones. Y pese a que intentó
resistirse a los celestiales designios, al cariñoso de Ulises se lo llevó nomas
el Altísimo en 1992 para que le toque el arpa y le recite amorosos poemas
-a él y a sus angelitos- en los maricones cielos.
A veces, el Maligno también nos bendice infinitamente con sus
obras.
Y bueno, una vez muerto el inspirado poeta, bien muerta quedó también la
inspiración más o menos "decorosa" en el negocio familiar. De
pronto, las graznadas canciones ya no hablaron más de "Way ya
ya yay... entre montañas valles yo he nacido.. wa ya ya yay", ni
de la "pequeña aymarita cuyo silencio es la noche", ni
de "querer verse en los sueños de la muchacha de ojos tristes que
juega con la brisa y así vivir abrazado a su alma hasta que el tiempo los lleve
a su fin" ni mucho menos de una "florcita azul que
lleva la vida en su perfume". No. Ya no.La mejor inspiración
se les fue a la mierda. O a los
cielos, bah… da igual.
Muerto el poeta, desatados quedaron los más borrachos y fornicarios
conejos. Los graznidos ahora, por fin cultivarían (si así puede
decirse) una deliciosa, muy metafórica y escatológica porno-poesía.
Como ésta: "era un pajarito que nacido para cantar, aprendió a
rezar", o ésta perla: "hagamos el amor para que
crezca el sentimiento y para evitar las discusiones", y ésta
otra: "a los hombres no hay que juzgarlos por el celofán con
que los envuelven". O ésta de la groupie cholita aquella y
que a voz en cuello grazna Gonzalito: "era morena y muy bella,
andaba loco por ella, atado a su pollera..." Y así, otras
muchas similares horrendas huevadas como esa otra joya soberbiamente
titulada "el líder de los humildes", en la que
nuevamente Gonzalito, como todo un juglar revolucionario, graznó junto al
boludo argentino Piero, algo como "un día salió el hombre en
busca de libertad, alzando contra el imperio a los pobres del lugar el
mundo quiso cambiar, luchando contra un sistema que quisieron derrumbar..." Carajo! Como
ven, prosa y rima perfectas. Y la voz, insuperable...
Arte puro, arte de mierda. Y la cereza en la torta: aquella piecita
fue dedicada con amor de extasiado marica revolucionario (¡cuando no!), al
célebre loquito y planetario redentor de mentecatos Che Guevara. Sí,
sí, el mismo chiflado marica-marxista que vino a matar alegremente
bolivianos en suelo boliviano.
¡Puta que tras Ulises Hermosa, acabaron diabólicamente desatados los conejos más cojudos..!
Pero entre todos los hermanitos graznantes, brillaba más uno: Elmer Hermosa, el propio. De lejos -aún hasta hoy-, el más inspirado cojudo entre los cojudos conejos Petardo. Es que el señor nos bendice incansable con sus insondables obras...
¡Puta que tras Ulises Hermosa, acabaron diabólicamente desatados los conejos más cojudos..!
Pero entre todos los hermanitos graznantes, brillaba más uno: Elmer Hermosa, el propio. De lejos -aún hasta hoy-, el más inspirado cojudo entre los cojudos conejos Petardo. Es que el señor nos bendice incansable con sus insondables obras...
Infatigable playboy Tiroloco McCoy desde el bienaventurado plagio,
Elmer resultó ser también el hermanito Petardo más mimado por
las cachondas groupies. Joven, lozano y con una frondosa greña de loverboy
andino, el prolífico Elmer se tiraba a todo lo que se movía o parecía
mujer. Abrazado a su charangote y meneando -para enloquecer aún más a sus
variadas groupies- su larga y negra cabellera, Elmer vivió sus mejores y
largos años de gloria. Pero hasta los felices años pasan raudos, envejeciendo
cruelmente a todos, sean ricos o pobres, sin ninguna misericordia. Y
hoy, quizá ya tan viejo como Mathusalem, este indescriptible
individuo intenta burlar a los años apareciendo cada día más juvenil y más
chic que el mismísimo Davichito Beckham…
En obvia y lamentable negación de su triste fase de ineluctable debacle,
el todavía lujurioso Elmer quiere irradiar juventud y energía para sus groupies
vistiendo como viste un cachondo mozalbete quinceañero. "Viejo es
aquel que se siente y viste como un viejo", parece querer
decirnos éste otro estropeado fantoche mientras exhibe un vestuario y
accesorios de teenager...
De un travieso Choling Stone, Elmercito pasó a ser una barata versión de
un no menos estrafalario Julio Iglesias. Un otro típico caso
incurable de repentino ricachón con mucha caca en la cabeza. Y de
ese tan piterpanesco empeño "anti-aging", en
Bolivia existe un otro caso que bien podría hacerle sombra al
desesperado Elmer: el inefable diputado masista boliviano Galo
Bonifaz. Un grotesco y colorido levantamanos que vistos sus
tiernos y maricones colores de vestuario, hasta podría quedar tal vez sin
parangón en aquellos estándares (de alta moda fulera y culera) que tanto
obsesionan a parecidos mentecatos como Julito Churches y el desahuciado Elmer.
Aunque ya suficientemente viejo, es obvio que el indigesto vocalista
líder de Los Kjarkas no aprendió hasta ahora, un carajo de la
vida. Como buen solemne e insaciable conejo sigue (o al menos
aparenta seguir) el individuo. Infatigable e inmutable se muestra en sus cada
vez más duras cruzadas: graznando en peñas, antros, tugurios y
cuanto festejo le asegure groupies, polvos y culos donde
sembrar escuincles, cosechar gozaderas y hasta colectar
sodomitas culeadas, según dicen las malas lenguas.
Ahí, así está la voz más famosa y patética del "mejor
folklore" de Bolivia. Suelto en su libre albedrío todavía anda
el mayor "embajador" e inspirado compositor de los folk-fornicarios
hermanitos Petardo. Inquieto como k'ita conejo; burlando
a la calvicie de su penosa testa con desesperados y frecuentes injertos
capilares y jaladitas de jeta que le devuelvan la añorada juventud de hace 30
años. Y es que la ansiedad se le nota a leguas. "Y me
dejó, como chicle pegado bajo la mesa, me abandonó por otro mayor que yo...
Aunque grité, y di unos golpes sobre la mesa y protesté, no me escuchó...", dicen
las alucinógenas letras que Elmer canta verdaderamente acongojado (por una
juventud perdida) con sus característicos graznidos a multitudes de fans,
idiotas folcloristas, orgullosos bolivianos de "pura cepa" y
masoca chusma en general que sin reparar en la mierdosa prosa, invariablemente
le aplauden y deliran.
Y a nivel internacional, ni hablar. Los mentecatos bolivianos "for export" y los gringos y gringas amantes del colorido mito del indiecito "buen salvaje" siempre están ahí, haciendo miles y miles de aplaudientes monos y cachondas groupies durante sus quichicientas giras planetarias que los vejetes hermanitos Petardo reportan siempre a su retorno como orgullosos "llenos totales". Esta estridente banda de disfrazados payasos bolivianos cantantes lleva, así, ya más de cuarenta largos años repitiendo sus azotes auditivos a lo largo y ancho del mundo kitsch. Y en Japón, simplemente son dioses. Tan al punto que uno de ellos -Makako Tokasolo Makanas- es tras notable dedicación y esmero musical desde muy niño, el charanguista oficial del grupo.
Y a nivel internacional, ni hablar. Los mentecatos bolivianos "for export" y los gringos y gringas amantes del colorido mito del indiecito "buen salvaje" siempre están ahí, haciendo miles y miles de aplaudientes monos y cachondas groupies durante sus quichicientas giras planetarias que los vejetes hermanitos Petardo reportan siempre a su retorno como orgullosos "llenos totales". Esta estridente banda de disfrazados payasos bolivianos cantantes lleva, así, ya más de cuarenta largos años repitiendo sus azotes auditivos a lo largo y ancho del mundo kitsch. Y en Japón, simplemente son dioses. Tan al punto que uno de ellos -Makako Tokasolo Makanas- es tras notable dedicación y esmero musical desde muy niño, el charanguista oficial del grupo.
Notable, desde luego, es el caso del chino japonés... Porque un verdadero
maestro es Makako para las cuerdas. Pero graznar con el resto, gracias a
dios nuestro señor que no se lo permiten…
¿Que si son exitosos, y es gracias a su labor y honrado arte que son tan
apreciados en todo el mundo? Seguro. Y sin duda alguna que son
exitosos como laboriosos... Pero lo de honrados mejor lo
dejamos ahí. Su labor no me molesta ni me quita el
sueño. Me molestan eso sí, los ribetes artísticos o sacros que eternamente
en Bolivia se le otorga a cualquier farsa. Y casi en todo, ojo. Por tanto,
el caso de los hermanitos Petardo no escapa a la norma.
En Bolivia, como país, nos jactamos de poseer
varios "patrimonios intangibles de la humanidad" y apenas
lucimos como pueblo, escasas, casi nulas condiciones para hacer tangible en estos
suelos, un mínimo de humanidad civilizada. Bajo esa lógica-culto a la colorida
y sonora "tradición", nos identifica a cabalidad la chupa y
el festejo eterno. Los bolivianos exportamos un folklore que induce a eso
mismo: a la chupa y al festejo doquiera vayamos. Tan solo miren en España,
Italia, EEUU y hasta en Suiza: todas sociedades ya infestadas de
orondos "bolivianos de pura cepa" organizando bandas,
fiestas con virgen, santos, platillos y fraternidades...
Bailes y chupas monumentales. Somos, indudablemente, los
más eficientes exportadores de eminentes borrachos y de ruidosas
tradiciones "folk". Y justamente así, hace mucho que nuestros
migrantes ya hicieron justicia por los cantaleteados 500 años de explotación
ibérica: España, hoy está todavía -pese a su grave crisis- literalmente
infestada de Chagas sudaca y de una muy singular "alegre
peste de festivos bolivianos". Comprensible rey es entonces, el
ignaro cocalero en ésta vasta jungla de festivos primates. Si "el
mejor estadista hasta la fecha", le dicen al actual estulto. Y lo
creemos. Vistas así las cosas, se hizo justicia pues, aquí y en
España.
Retorcidos son los designios y crueles las vendettas del Señor.
Así es Bolivia, el país de las alegres multitudes y de un muy colorinche
folklore que vuelve dioses hasta a miserables cotorras que cantan como
cagando. Y esa imagen la encarnan bien los Kjarkas: ruidoso y cabal
emblema de un país demasiado elemental. Una mala historia sin
(desafortunadamente todavía) un definitivo y feliz final... "Los
esperamos en éste concierto y gira del adiós definitivo", invitan
tristes los hermanitos Petardo a sus fans cada año en cada gira, y cada año y
con nueva gira, vuelven igual los farsantes a presentar sus
graznidos... Inmortales como mentirosos. Pero sus fans los adoran igual. Y
lo que es peor: también los emulan. Sobran y apestan los muchos
"clones" del vocalista de la más solemne vozboliviana...
Decenas de Elmers brotan sin pausa como cucarachas, graznando igual de
horrendos por toda Bolivia.
Es que no solo a un hermoso, tibio y suave culo de mujer abriga una buena
tanga. Debajo también está la peligrosa cloaca, con sus abominables y sonoros
petardos en espera de su momento… Solo es cuestión de tiempo; y el tiempo,
es inmisericorde como es maléfico el Señor nuestro dios. O que lo niegue
Elmer. Prrfff..!!
Diciembre 5, 2013. Al son de la diabólica Lambada de
Kaoma y sus hechiceras tangas...
Imágenes:
1. Los felices hermanitos Gonzalo y Elmer Hermosa. Los timadores
folklóricos profesionales más famosos de Bolivia, durante uno más de sus
conciertos anuales de "despedida" (de su público
cochabambino u otra más de sus estafas internacionales,
difícil saberlo, porque el gozo en ellos ante los "llenos totales",
es siempre el mismo). "Mierda que son pelotudos éstos che!!, pero
puta que fue buena idea esa de los "conciertos despedida",
hermanito..!", festejan con su manager que a la vez, es el
fotógrafo oficial del grupo. "Para vos cojudo, para vos!!
Jajaja..", posan sarcásticos para sus fans.
2. Los Kjarkas, en los 80's. Ulises Hermosa sentado al extremo derecho,
como debidamente apartado de la chabacana chusma o resto del grupo. En las
antípodas del extinto Ulises, su hermano menor, el inefable Elmer luciendo
para sus locas groupies, sus negras y largas crines de semental andino.
3. Chico & Roberta, el simpático pibe bailarín y la Lolita
carioca que enloqueció al lujurioso mundo con su blanca tanguita, entre
muchas otras, al ritmo diabólico de Lambada.
4. "Las babas del Diablo", notable acuarela
pintada por el distinguido Marqués de Sade durante su cautiverio. El borroso
cuadro se utiliza en Psiquiatría como las manchas de Rorschach. Infalible,
dicen los terapeutas, para reconocer a depravados sexuales y sátiros
incontenibles. Solo ellos -aseguran los mismos terapeutas-, juran ver
invariablemente entre sus informes colores, una maléficamente colorida tanga de
Victoria's Secret, una deliciosa, curva y perfilada nalga y dos
apetecibles muslos de mujer bajo una ondulante e hipnotizadora pollerita
danzando lambada... Cosa de muy imaginativos locos, es evidente.
5. Los Kjarkas, actualmente. Fácilmente se nota a los más viejos y
dañinos (por ser autores de los más inefables graznidos)
integrantes. El chico "emo-gay" es Gonzalo Hermosa Junior;
el avieso escuincle jura (y por desgracia ya lo demuestra) honrar y seguir
los horrendos graznidos de su inspirado padre, Gonzalo Hermosa Sr.
¡Que dios libre nuestras orejas de semejantes castigos!
6. Elmer Hermosa, el "Choling Stone" andino, siendo
entrevistado durante alguna de sus miles de giras
"despedida". Su larga melena de largas y negras crines ya es
cosa del pasado, ahora el inclaudicable Elmer apela a pasear generosamente
sus musculosos y lozanos brazos de quinceañero (y a alguno que otro
accesorio de teenager chic) para seducir y enloquecer a sus presas. "Trava
o mujer, da igual", dice Elmer. Es que de viejo, ya no da para ponerse
quisquilloso..
7. Galo Bonifaz, el igualmente célebre y coqueto diputado boliviano,
luciendo sus mejores y más refinadas galas de chic metrosexual (léase puto
ultra-putísimo) andino. Al igual que Elmer el primoroso Galo bien practica
lo que predica: "Viejo es aquel que se siente y se viste como un
viejo", dice muy contento y convencido mientras se reacomoda un
llamativo chal sobre el hombro.
8. El atléticamente musculoso Elmer Hermosa, junto a
unos amigotes durante una de sus tantas opíparas giras en la ya
muy (tb por ellos) castigada España. A punto están de morfarse una
suculenta paella... De sabroso postre, puede apreciarse a una muy guapa
groupie (con delicioso peinadito Avatar) lista y dispuesta para el delicioso
azote/acople entre alaridos, graznidos y coplas del inquieto semental
cochabambino.
9. Fotografía filtrada del busto vudú de Elmer Hermosa y que él
mismo guarda bajo siete llaves. Cuentan los rumores que el mágico
busto le fue regalado por una magnífica negra y satisfecha groupie
durante una de sus atroces giras en Brasil. "Cuida bien y
protege este busto, mi amado potro andino. Porque él es a ti, como
un cuadro era a Dorian Gray. Desde hoy, menos viejo encontrarás tu
pellejo, más firme te colgará la pija y más viva arderá tu lujuria...", le
dijo la infalible maga negra según los truculentos relatos. Desde entonces vive
Elmer, extrañamente más lozano cada día y con el pájaro todavía bastante
loco.
_____
De CRONICAS DE MR. HYDE, 05/12/2013
Mucho odio en su crítica. Usted no sabe el sacrificio que debieron pasar ellos para llegar donde están, y como son celebridades su vida llega a estar más expuesta que la nuestra. Todos hemos cometido cosas de las que no estamos orgullosos. Pero déjeme decirle que durante mis giras con ellos he visto la humildad con la que actúan y el amor que brindan a la gente que los admira. Personalmente los admiro mucho y he aprendido bastante de ellos; humildad y perseverancia.
ReplyDeletePd: nunca se fíen de una persona que en lugar de dar su punto de vista y realizar una crítica constructiva sin el afán de ofender y lastimar a nadie, haga comentarios dañinos y llenos de maldad con o sin motivo.
ReplyDeleteLos kjarkas son un excepcional grupo de jerarquía internacional. Los demás músicos bolivianos suelen admirarlos y a veces envidiarlos.Vaya mis saludos para Elmer, voz destacada del grupo.
ReplyDeleteSolo una pregunta...hasta por el tiempo que me tomé para leer esta destilación de odio y racismo...
ReplyDelete¿Eres boliviano?