FREDDY ZÁRATE
Lo injusto no
cuenta solamente para aquellos que reciben menos de lo que merecen, sino
también para aquellos a quienes se les atribuye más de lo debido. Esta
arbitrariedad de la (in)justicia en el campo de las letras, puede ser advertida
en la Antología del cuento boliviano (Biblioteca del Bicentenario de Bolivia,
La Paz, 2016), compilada por don Manuel Vargas Severiche. En esta publicitada
antología abunda una selección de pésimos relatos en donde se olvidaron
–premeditadamente o por desconocimiento– cuentos y cuentistas importantes.
Entre los autores ninguneados por el antologador están algunos que sólo
escribieron y publicaron libros de cuentos de gran valía que no figuran en esta
compilación; como los cuentistas Gastón Suárez, Alberto Portugal, Alfredo Medrano,
entre otros. Y no sé qué pito toca en esta antología el pintor Juan Conitzer
Bedregal, con un pésimo amago de cuento llamado Venus.
Entre los
antologados, seguramente muchos muertos se revuelcan en sus tumbas por el
cuento escogido, como por ejemplo: El ponguito de Curawara de Néstor Taboada
Terán o La Chingola de René Bascopé Aspiazu. En muchos casos, el cuento
seleccionado no es de los mejores que el autor haya publicado. Otros autores
deben estar más que felices porque eligieron lo mejor que han podido producir
en este género literario: Crónica secreta de la guerra del Pacífico de Germán
Araúz o Dochera de Edmundo Paz Soldán. Por otro lado, puede que los editores
hayan exigido que la antología fuera políticamente correcta, es decir, sin
groserías ni confrontaciones eróticas, la cual hace que se pierda valiosos
cuentos del copioso acervo literario llegando a disipar el objetivo inmediato y
fundamental de dicha compilación que no deja hablar lo más larga y sinceramente
posible a los autores excluidos o censurados.
Otro aspecto
llamativo de esta antología es la conformidad de los miembros del Comité
Asesor, que al inicio se mostraron neutrales, cuya “labor fue la culminación de
un largo trabajo de intercambio de información y puntos de vista (…) en los que
se sugirieron criterios de inclusión y exclusión de autores y textos a partir
de una propuesta inicial del antologador”, indica el acta de selección de
textos de la antología. Pero este profesionalismo se diluyó cuando el Comité
Asesor sugirió su propio cuento, y por supuesto, el relato presentado fue
aprobado para su publicación. Pasando por alto esta pequeña salvedad ética, el
proyecto de la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia se publicitó con mucha
pomposidad, pero en los hechos esta Antología del cuento boliviano demuestra un
trabajo poco cuidadoso al encontrarse terribles y claros errores de datos
relativos a los autores y libros citados por el antologista.
Esto se puede
advertir al inicio del libro, uno puede percatarse de los primeros traspiés de
esta selección de relatos. En el índice se repite pesadamente la palabra
“por…”, “por…”, “por…”, después de mencionar cada uno de los cuentos y
posteriormente al cuentista. Cabe preguntar a los señores que figuran bajo el
cargo de “cuidado de edición” y “gestión editorial”: ¿Cuál es la necesidad
imperiosa de repetir tanto esta palabra? Esto sólo provoca un mal gusto para el
lector.
Con estos
detalles señalados, este libro tiene un gran mérito; nos enseña a no confiar en
las antologías, aunque estas tengan una lujosa presentación (tapa dura y
blanda) e ilustraciones inmejorables de Alejandro Salazar (Al-Azar). Este hecho
puede ser dilucidado en la solapa del libro en donde está la fotografía del
compilador sonriendo ampliamente, es como si estuviera satisfecho de su
voluminosa avería.
Freddy Zárate
en breve
Es licenciado en
Derecho por la Universidad Mayor de San Andrés. Colaborador de los periódicos:
Los Tiempos de Cochabamba, El Día de Santa Cruz, Correo del Sur de Sucre,
Página Siete de La Paz.
Tiene publicado
varios artículos relacionados con la historia de las ideas en Bolivia. Entre
ellos se puede mencionar La gloria efímera del escritor Daniel Pérez Velasco;
El ocaso del viejo soldado (Tristán Marof); Las representaciones mitológicas
del Diablo; Alcoholatum... y otros escritos marginales: ¿amarillismo turístico?
(crítica a la obra de Víctor Hugo Viscarra); La vertiente literaria marginal a
través de Claudio Cortez; La visión chueca sobre Alcides Arguedas: De
intelectual respetado a enemigo de la patria, entre otros.
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De PUÑO Y LETRA
(Correo del Sur/Sucre), 26/03/2018
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