ÁLVARO VÁSQUEZ
René Bascopé
Aspiazu nació el año 1951, y murió a sus 33 años. Y a los 33 años de su muerte
–en el año 2017–, la Editorial La Mariposa Mundial publicó la
segunda edición (corregida y aumentada) de sus Cuentos completos y
otros escritos.
Al margen de la
doble presencia del número 33, que podría ser ya suficiente pretexto para
referirse a su obra– la obra de Bascopé merece una (re)lectura pues pese al tiempo
transcurrido permanece actual, tanto por su calidad como porque algunas
circunstancias que la inspiraron permanecen también vigentes.
En la publicación
arriba mencionada se encuentra el volumen de cuentos La noche de los
turcos, que las siguientes líneas pretenden reseñar, a tiempo de invitar a
leer este texto (y ojalá otros más) de este escritor.
Estos cuentos
fueron escritos en la época de la dictadura banzerista, en su mayoría, y
publicados apenas restaurada la democracia. Quizá por eso se siente cierto
desánimo, una carencia de esperanza, y se percibe un sentimiento de nostalgia
en todos los textos. Una representación, acaso (consciente o no), del estado de
la actividad artístico-cultural en épocas de dictadura; perseguida y reprimida.
La muerte se halla
presente, ya explícita, ya sugerida, no como elemento de horror o recurso
extremo, sino como algo natural e inevitable, incluso cuando se trata de
muertes violentas. Otro elemento presente con mucha fuerza es el de los
conventillos, cuyos varios patios y múltiples habitaciones sirven también como
base de la estructura narrativa. Asimismo, la lluvia tiene un lugar importante
en el libro, como desencadenante de los hechos o como símbolo de algún estado
de ánimo.
Edgar Arandia
comentaba en la presentación del libro que, pese a ser muy amigo del autor,
ignoraba que éste tocara la guitarra. Quizá esa otra habilidad artística de
Bascopé busca manifestarse a través de la referencia a la música en algunos
cuentos, como acompañante rítmico del frenesí incestuoso de los turcos, como
triste medio de vida en algún otro cuento, o como telón de fondo en La
vida no es un tango.
La miseria
también figura como marco en el que se desarrollan varios de los relatos. Una
miseria cruel, abusiva, sucia, materializada en una vela que para dar pobrísima
luz a los protagonistas debe acudir a su propia esencia derretida, a fin de
sostenerse sobre una caja de madera usada como mueble. Esta figura repetida en
más de un texto parece tomar la voz de protesta que marcaba la intensa vida
política del autor.
Y finalmente, el
amor. Son varias las referencias al llamado gran sentimiento, pero se trata
siempre de amores difíciles, prohibidos, incestuosos; amores irrealizados o
irrealizables. Llama la atención la presencia recurrente de amores
adolescentes, siempre truncos, cuando no imposibles. Una forma más en que se
hacen presentes la ausencia y la desesperanza.
Si el tiempo es
el mejor crítico, como suele decirse, los 35 años (poco más que la edad a la
que falleció Bascopé) transcurridos desde su primera publicación, atestiguan la
gran calidad literaria de La noche de los turcos.
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De INMEDIACIONES,
02/02/2018
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