ROBERTO BURGOS CANTOR
Entonces la
lectura de Caballería Roja mostraba algo que ilumina con poderosa revelación un
exigente secreto de la literatura: una visión del mundo y los seres que no
estaba antes.
Sigue siendo un
misterio cómo el escritor, el poeta, encuentran esa isla que surge sin ruido
frente a sus ojos y a sus letras.
A lo mejor algo
empuja desde que ese escritor cachorro siente para si la insuficiencia de lo
demás. En su diario, escribió: Se puede escribir un libro entero sobre las
mujeres en la caballería del Ejército Rojo.
Quizá, la protección admirada de Gorki, permitió que los cuentos de Babel fueran leídos con entusiasmo. Pasaba por encima de esas inspecciones de comisarios que so pretexto de proteger a una sociedad, todavía indefinida, rompían, mutilaban, prohibían, encarcelaban. Es verdad que los procesos violentos de transformación de una unidad histórica proponen un horizonte de nobleza, pero también despiertan en el ser humano sentimientos de revancha, de apropiación de un ideal que consideran indiscutible y por cuya preservación se sacrifica toda humanidad. Tal vez porque lo humano es lo que van a fundar y se descalifica el pasado en bloque. Aunque repitan lo peor de ese pasado.
Quizá, la protección admirada de Gorki, permitió que los cuentos de Babel fueran leídos con entusiasmo. Pasaba por encima de esas inspecciones de comisarios que so pretexto de proteger a una sociedad, todavía indefinida, rompían, mutilaban, prohibían, encarcelaban. Es verdad que los procesos violentos de transformación de una unidad histórica proponen un horizonte de nobleza, pero también despiertan en el ser humano sentimientos de revancha, de apropiación de un ideal que consideran indiscutible y por cuya preservación se sacrifica toda humanidad. Tal vez porque lo humano es lo que van a fundar y se descalifica el pasado en bloque. Aunque repitan lo peor de ese pasado.
Así, cuando murió
don Máximo, las envidias se ensañaron con Babel. La oprobiosa forma de acusar,
los premios por delatar, continúan pervirtiendo a este proyecto de belleza y
generosidad que debe ser el puñadito de barro con aliento divino del cual
salimos.
Babel fue
reivindicado, ese inútil acto de la historia y la justicia. Ya había abandonado
la vida.
Y ocurrió, en
este ejercicio de humildad franciscana de leer otra vez, que encontré el cuadro
de Malevich con el mismo nombre del libro de cuentos. Quien lo ve queda
conmovido por la discreta manera, sin las magnificaciones del mármol, de un
paisaje. ¿Será paisaje? El pintor ha hecho una hora, un momento del día o de
los siglos, para ese tren rojo que atraviesa el cuadro y su ambición: es más
grande que la estepa, que el mundo, que los siglos. Nunca va a salir del
cuadro. Pasará siempre.
Han llamado a
Malevich pintor socialista. El peso de una historia sin escrutinio. Hay que
pensarlo. Una película de Loach muestra: Es fácil saber contra qué estas, pero
no tanto saber a favor de qué estas.
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De BAÚL DE MAGO
(columna del autor en EL UNIVERSAL), 10/02/2018
Imagen: Isaak E. Babel, al centro, con anteojos
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